No dejo de leer en prensa mensajes y más mensajes sobre el duro invierno que nos espera. Se habla en estos momentos de un triple atasco de Estados Unidos, China y los países de la eurozona por la actual coyuntura con las crisis energética, el repunte de la inflación, la guerra de Ucrania y la subida de tipos de interés. ¿Hasta que punto se cumplirán todos estos funestos avisos? ¿Se podrán evitar? ¿Cómo nos afectarán a cada uno de nosotros? ¿Qué medidas se tomarán? Son interrogantes sin respuesta clara, son nuevas incertidumbres que nos obligan a una cautela en nuestras previsiones de gasto y de inversión para afrontar los próximos meses con mayores garantías. ¿Está todo perdido? Desde luego que no porque nuestras fortalezas siguen siendo las mismas, porque se está trabajando para que el impacto sea el mínimo posible y además, aterrizamos de una temporada estival donde las cosas no han ido mal para Balears en su conjunto.
De hecho, en el sector turístico se habla incluso de las oportunidades que se pueden generar este mismo invierno donde habitantes de los países del norte del continente como Alemania o el Reino Unido, avisados como están de que pagarán un 80 por ciento más por la luz y por el gas a partir de octubre,están empezando a plantearse trasladarse un mes o dos a nuestro país, donde acabarán pagando menos por su estancia que si tienen que mantener sus casas abiertas con la calefacción en marcha. No sería la primera vez que esto ocurra aunque las circunstancias sean otras. Durante décadas han sido muchos los extranjeros que han aprovechado un poder adquisitivo más alto de sus pensiones para venir e instalarse aquí. Si además, tenemos en cuenta la variable del valor el alza del teletrabajo al que entramos de lleno con la pandemia, no parece descabellado pensar que se pueda producir esta migración temporal hasta que las cosas cambien o se normalicen.
En cualquier caso, toca estar preparado y no perder tiempo en inútiles confrontaciones domésticas, como escribía hace pocos días el prestigioso economista Alfred Pastor, ya que los beneficios que unos y otros pueden sacar de ellas son mínimos si se comparan con lo que una defensa eficaz de nuestros intereses comunes, puede ayudarnos a sobrevenir las estrecheces que se avecinan.