Las bolsas están rebotando con fuerza y a mucha gente le puede extrañar al no frenarse las noticias macroeconómicas negativas: inflación, recesión económica, problemas en China, falta de gas y energía, entre otros muchos que azotan el mundo. Sin embargo, ya se sabe que no hay una correlación exacta entre macroeconomía y bolsas: los datos macro se pueden integrar en los análisis de valoración de empresas, a la cuenta de resultados de cualquier compañía les afecta el tipo de interés, la salud económica de sus clientes o el precio de su divisa, pero no son factores fundamentales, solo adicionales. Además, el presente preocupa menos que el futuro: en bolsa no se compran acciones porque ahora vaya bien sino por cómo va a evolucionar en los años siguientes. En estos momentos el entorno presenta seis variables muy importantes para los índices del viejo continente. Por una parte, la inflación se está estabilizando gracias a las caídas de las materias primas; la excepción en el último mes ha sido Alemania donde la inflación en septiembre se disparó, en gran parte por la subida del gas natural (son muy dependientes del gas ruso). Habrá que seguir los datos de toda Europa, pero en especial los germanos ante el desplome del gas de estos días.
Esta caída de las materias primas tampoco se debe a algo positivo: es provocada por el freno en la demanda debido a la ralentización económica provocada por la inflación y la consecuente subida de tipos. Precisamente, este es el tercer factor y va muy ligado a los dos anteriores: esta semana el Banco Central Europeo ha vuelto a subir los tipos de interés y eso tiene consecuencias (por eso está llegando la temida recesión, más coste para quien esté endeudado, tanto empresas, familias (menos que en la crisis financiera) y administraciones públicas.
También tiene relación el cuarto (en macroeconomía mover una ficha puede hacer variar todo el tablero): el tipo de cambio euro/dólar ha tenido movimientos significativos. El euro cayó por debajo de la paridad contra el dólar, tras varias semanas la divisa europea este mismo martes la ha podido recuperar, aunque habrá que ver si lo puede consolidar. El quinto factor es el descontrol político en Reino Unido que ha hecho mover la libra, los bonos y su bolsa que se está quedando algo rezagada respecto a sus homólogas.
El sexto factor a tener en cuenta es cómo están rebotando en soportes los principales índices: el IBEX, además de girarse en los mínimos de 2022 (7.200 puntos) ha roto, aunque sea puntualmente, la resistencia de 7.800; estos serían los niveles a tener en cuenta mientras que el objetivo estaría en 8.400-8.500. El EuroStoxx también ha rebotado en los 3.250 y se está dirigiendo a su objetivo de 3.800 (con un posible freno técnico en 3.600). El DAX alemán ha rebotado en 11.800 y ha conseguido perforar holgadamente los 12.400 (ambos soportes actuales) y marca como objetivo los 13.600. Por último el FTSE británico que, tal como hemos comentado, está quedándose atrás en la recuperación, todavía no está lejos de su soporte clave (6.800) y le está costando romper la resistencia de 7.000; si lo hiciera se podría poner el punto de mira en sus máximos anuales (7.700 puntos).