Soy un viajero demasiado mayor. Entiendo que no respondo a los parámetros habituales del turista. Puedo asegurarles que no soy un negacionista y que me preocupa -y mucho- el cambio climático, aunque jamás me he fijado en criterios de sostenibilidad para decidir mi destino de vacaciones o el hotel en el que me alojaré. De hecho, y ya empiezo a tener mala conciencia, desconozco por completo si el medio de transporte que utilizo para mi desplazamiento contamina poco o mucho. No tengo ni idea de si el hotel se nutre de energía limpia y tampoco acostumbro a tomar una decisión en función de si cuenta con placas solares o bombillas led. Y debo ser un bicho raro, pero tampoco se si el último hotel al que acudí aprovecha las aguas grises. Y pueden ustedes tener el convencimiento de que jamás he sabido si cuando voy a comer o cenar me sirven productos de kilómetro cero. Y para tortura de mi conciencia he de confesar que no me he preocupado nunca de saber qué hace el establecimiento con los desperdicios alimentarios. Y ya se pueden imaginar que desconozco por completo qué certificados ISO tiene el hotel.
Estoy convencido de que debo adaptarme a los nuevos tiempos y empezar a considerar todas estas cuestiones, aunque de momento me fijo en algunas otras. La realidad, en todo caso, es que Booking, que no es poca cosa, tiene un filtro que te permite saber los establecimientos que cuentan con certificado de sostenibilidad. Y pueden estar seguros de que si el metabuscador ha incorporado esta opción es porque son muchos los viajeros interesados en esta información. Seguro.
No hace mucho estuve en un hotel de Mallorca, contratado en una agencia de viajes de Palma. La primera sorpresa de mi aventura de fin de semana fue que el establecimiento contratado estaba cerrado a cal y canto. Me desviaron a un hotel de la misma compañía situado casi enfrente. Eso sí, de una categoría superior. Me fijé en la comodidad de la habitación, en la limpieza, en la calidad y variedad de la comida, en la piscina cubierta y el spa... pero yo, ya lo saben, soy un viajero demasiado mayor.