La sostenibilidad ha pasado de ser una virtud, a convertirse prácticamente en una commodity, como referencia a ese tipo de materias primas o de bienes genéricos que no tienen apenas diferenciación alguna entre sí. Lo pude comprobar en su momento en Fitur, cuando observaba que todos los destinos se publicitaban con su plan de sostenibilidad en marcha, Benidorm a la cabeza. Es por esto que me interesó especialmente la intervención que nos hizo hace una semana el Director de Proyectos de la empresa Mabrian, Alex Villeyra, durante el Foro Conversa Turismo y Sostenibilidad que organizó la Cadena Ser en Alaior. Nos hablaba de la percepción del visitante en materia de sostenibilidad turística, un indicador que esta empresa especializada en inteligencia de datos recogía, entre otros, a partir de la escucha que hacía del turista cuando está en el destino. «En Fitur todo el mundo quiere ser sostenible pero luego hay que ver si en tu día a día, lo cumples. Porque cuando lo explicas a tus visitantes, la promesa tiene que poder ser contrastada, ya que si la entrega no es correcta, entonces puedes tener un problema», sentenció Villeyra. El Director de Proyectos de Mabrian nos habló de Menorca y de Lanzarote como destinos profetas en sostenibilidad, y nos puso la cifra en pantalla para que nos diéramos cuenta de la nota que nos ponen los visitantes. Solo me quedé con nuestro indicador, que nos dijo era algo superior: un 66 por ciento de los turistas considera que la percepción es real.
Quizás no sea un mal resultado, no tengo la nota media de los otros destinos pero a mí no me pareció como para tirar cohetes, la verdad. Si el paisaje es el gran activo de Menorca y el que nos otorga la diferenciación, como también nos recordó Miquel Camps del GOB durante su intervención, no debemos permitirnos el lujo de que se degrade nuestro producto ni perder el tiempo en debates estériles sino pensar en medidas concretas que lo protejan y lo salvaguarden. Ganará la economía y ganará el medio ambiente. Por cierto, el directivo de Mabrian también dejó caer un dato demoledor: el 55 por ciento de las emisiones de C02 del turismo están vinculadas con el transporte aéreo y la llegada al destino. Nos queda todavía mucho trabajo que hacer en favor de la sostenibilidad.