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Rafael Dezcallar y Santiago Cabanas

El choque entre Estados Unidos y China: «Es una guerra fría tecnológica»

Rafael Dezcallar y Santiago Cabanas analizaron la rivalidad entre las dos potencias y coinciden en la importancia del choque económico , ideológico y militar entre ambos países

A la izquierda, Rafael Dezcallar y, a la derecha, Santiago Cabanas. Los dos embajadores debatieron durante una hora sobre las superpotencias en un diálogo moderado por la periodista Ana Fuentes

| Palma |

El orden mundial está marcado y lo estará en las próximas décadas por lo que ocurra entre la superpotencia hegemónica en el último siglo, Estados Unidos y la emergente, China. Los antiguos embajadores españoles en ambos países, Rafael Dezcallar y Santiago Cabanas, analizaron ese encaje de la mano de la periodista Ana Fuentes en el diálogo ‘Economía global. Gigantes en juego’. «Es una guerra fría tecnológica», señaló este último. «Estamos en la ley de la selva», dijo el primero ante unas relaciones internacionales en las que el viejo orden que surgió de la II Guerra Mundial se ha terminado.

Sobre lo que ocurre en Washington, el antiguo embajador español, Santiago Cabanas, explicó: «EEUU ha cambiado. Hay una clara deriva autoritaria, hay una polarización clara que nunca se ha visto. No hubiera podido imaginar nunca cuando llegué el peligro de una guerra civil». A eso suma una idea de identidad nacional y el fin del orden internacional liberal. Sobre China, Dezcallar, legado en Pekín, apuntó: «Es un país muy orgullo, que se siente muy seguro y está decidido a ejercer como potencia mundial pero que no comparte nuestros principios». De esa fortaleza llega la voluntad de rivalizar y competir con Estados Unidos, en lo económico, tecnológico y también en lo ideológico. «Está aprovechando los espacios que Trump le está dejando y se ha convertido en un modelo muy atractivo para países en desarrollo. Muestra una modernización por una vía propia, sin derechos humanos y sin alianzas. Hacia Estados Unidos su único mensaje es que es fuerte», sumó Dezcallar.

Rafael Dezcallar, durante su intervención en el foro. FOTO: M.À. CAÑELLAS

Cabanas replicó que, de la misma manera, la Administración Trump también tiene un «proyecto de grandeza» nacional. «Trump es una consecuencia, no una causa, no es un pequeño paréntesis, es parte de un proceso aunque lo ha radicalizado». Uno de los principales campos de batalla actuales es el tecnológico, con ambas potencias pugnando por la hegemonía científica y en torno a la inteligencia artificial. Ambos embajadores coincidieron en que, por el momento, Estados Unidos está en cabeza, aunque los avances del gigante asiático en las últimas décadas han dejado un liderazgo por los pelos. «La tecnología es la clave que resolverá esa rivalidad. China tiene la fortaleza de la innovación, de su capacidad para aplicar esos descubrimientos», explicó Dezcallar. Puso como ejemplo que, mientras depende aún de EEUU en semiconductores, es justo al revés en tierras raras, donde transforma el 90 por ciento de la producción global, lo que le ha permitido negociar y plantarse ante los aranceles de Trump. Mientras, el gobierno americano se ha pegado «un tiro en el pie», contrapuso Cabanas al limitar de forma drástica su inversión en ciencia. «Es un error fundamental y si no lo corrige, China les superará», vaticinó el embajador.

Santiago Cabanas, durante el diálogo que mantuvo con Dezcallar. FOTO: M.À.CAÑELLAS

Sobre las tasas a las importaciones, el experto en América, reflexionó: «Hay un afán recaudatorio y es importante de cara a las elecciones del año próximo. Está teniendo éxito en ese sentido. Está por ver si los aranceles van a ser negativos a corto y medio plazo; aunque a largo sí está claro que lo serán».

Choque militar

También las dos potencias tienen enfoques diferentes en lo militar. Dezcallar señala que China se ha centrado en competir en Taiwan y en el mar que le rodea. «Su objetivo es crear una zona en la que EEUU piense que, de intervenir militarmente, tiene muchas opciones de ser derrotada». Sería una «zona de exclusión» para aumentar la presión sobre Taiwan y conseguir la reunificación sin necesidad de una guerra. Mientras, los norteamericanos aún no saben muy bien cómo actuar. Santiago Cabanas recordó que la actual administración ha llegado a la convicción de que no pueden asumir el compromiso de proteger la democracia en el mundo: «Lo que le importa es su área de influencia; Canadá, Panamá, Groenlandia... Lo demás se ha convertido en algo relativo». Apuntó a un conflicto interno entre los propios republicanos entre posturas que apuestan por intervenir en el Pacífico de forma tajante, aún a riesgo de conflicto armado con China y otras que abogan por una coexistencia. «Se mantiene la ambigüedad estratégica. Hay un riesgo de conflicto en el Pacífico, pero no una claridad en la administración sobre qué hacer ahora mismo», explicó.

El público llenó el auditorio del Palau de Congressos para asistir al Foro El Económico. FOTO: M.À.C.

Lo que sí que tienen ambos clarísimo es el pobre papel que desempeñará Europa sin una reacción decidida. «Estamos en la ley de la selva y Europa tiene que reaccionar, primero económicamente. Si no movilizamos todo el mercado común no podremos avanzar», señaló Dezcallar en la línea de los informes Draghi y Letta. Cabanas expresó un deseo: «Tengo la esperanza de que seamos capaces de crear un nuevo orden mundial». Mostró un «optimismo contenido»: «El establishment americano sabe que es necesario llegar a acuerdos». Sí los ven posibles, por ejemplo en materia de lucha contra el cambio climático entre Europa y China. Dezcallar destacó el esfuerzo de los asiáticos en la reducción de emisiones, «es sincero», cerró.

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