Síguenos F Y T I T R
Hoy es noticiaEs noticia:

A los 'hombres de verdad'

|

El acoso sexual, el acoso por razón de sexo o el acoso por orientación sexual no solo daña a quienes lo sufren, también afecta gravemente a las empresas. Los costes directos incluyen la disminución del rendimiento de la persona acosada, el absentismo y el abandono del puesto de trabajo, así como las indemnizaciones derivadas de denuncias. A ello se suman los costes indirectos: la pérdida de motivación del personal que presencia o conoce la situación, el deterioro del clima laboral, la fuga de talento y el daño reputacional ante clientes y la sociedad. Para combatir el acoso, España cuenta con un marco legal sólido. La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres obliga a las empresas a implementar medidas de prevención y a integrar protocolos de actuación dentro de los planes de igualdad. Pero de eso ya se ha hablado mucho.

De lo que se habla poco es de los «hombres de verdad»: los que están presentes cuando algo ocurre y deciden actuar. Porque en situaciones de acoso casi nunca hay solo dos personas —quien agrede y quien sufre—, sino también testigos que pueden cambiar el curso de los hechos. La investigación sobre el efecto espectador (bystander effect) demuestra que actuar no siempre significa confrontar: incluso los pequeños gestos—una palabra, una mirada, una negativa— pueden marcar la diferencia, enviar un mensaje claro: aquí no toleramos el acoso. A esos «hombres de verdad» quiero hablarles hoy. A los que echan una mirada firme a su compañero cuando cruza la línea.

A los que no reenvían una foto por WhatsApp, aunque «solo sea una broma», porque reconocen que eso también es acoso. A los que cambian de tema cuando alguien hace un comentario despectivo sobre una compañera porque «le ha bajado la regla». A los que saben que cuando una mujer denuncia acoso sexual en el trabajo no está «exagerando», ni «buscando venganza», sino que forma parte de ese 30% que se atreve a hablar, mientras otras siete de cada diez afectadas callan por miedo a las represalias —según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019 (Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, 2019). A los que entienden que compañerismo viene de compañía, de acompañar. A los hombres que, cuando nadie los ve, hablan con otros hombres y les explican que feminismo no es lo contrario de machismo, sino lo contrario de la desigualdad.

A esos hombres les deseo que tengan muchos hijos. Hijos a los que les expliquen que una «mariquita» es un insecto, no un insulto, y que si logras contar los puntos negros de su espalda antes de que vuele, sabrás cuántos años tiene. Hijos que no teman mostrar sus sentimientos, porque llorar también es de hombres de verdad. Hijos que aprendan que el valor no está en imponerse, sino en respetar. Porque una sociedad justa no se construye solo con leyes ni con protocolos. Se construye con acciones cotidianas, con miradas que no miran hacia otro lado, con hombres de verdad.

Sin comentarios

No hay ningún comentario por el momento.

Lo más visto