El grupo Caja Rural considera un error la fusión entre Caixa Rural de Balears y Cajamar y advierte que supondrá la desaparición de la entidad balear, al "perder su identidad e independencia", de forma que la operación dejará a la caja "sin capacidad local" para tomar decisiones, al pasar a depender de una entidad mayor, con órganos de decisión fuera del ámbito balear.
Así lo ha manifestado el secretario general del Grupo Caja Rural, Raúl Lorenzo, quien ha señalado que la operación "perjudicará a la mayoría de los socios y beneficiará a unos pocos" y podría poner en cuestión la cobertura financiera de pequeños agricultores y ganaderos que son clave en el tejido de la economía balear.
Precisamente, el próximo jueves en el Teatre Escénic de Campos e celebrará una asamblea en la que los socios de Caixa Rural deberán expresar su apoyo o rechazo a la fusión y su voto será determinante para cerrar la operación. Es en este sentido que el secretario general del Grupo lamenta que los socios no cuenten con toda la información necesaria para acudir a votar y sostiene que el día elegido para celebrar la asamblea, en pleno mes de agosto, desalienta a los socios a acudir a la cita.
Fuentes del grupo señalaron a Europa Press que el proceso no se está realizando con la "transparencia necesaria" y confirmaron que Raúl Lorenzo se desplazará este lunes a Mallorca para mantener durante toda la semana diversas reuniones con miembros de la junta de Caixa Rural de Balears previas a la celebración de la asamblea. La aprobación de la fusión necesita de las dos terceras partes de los socios y representados en la asamblea, recuerda el Grupo en un comunicado.
Para Caja Rural, la fusión de la entidad balear con la almeriense supondrá la pérdida de "casi 40 años de libertad y modélica gestión cooperativa y local", mientras que la permanencia en el Grupo aseguraría su "subsistencia" e "independencia" y el cumplimiento de sus objetivos de apoyo territorial.
Desde Caja Rural aseguran que los miembros del Consejo Rector de Caixa Rural no cuentan si quiera con información para poder valorar la operación y por encima de todo valoran la permanencia de la balear en el grupo. Según asevera su secretario general, la entidad balear es un "pilar fundamental" de Caja Rural y los intereses de los socios de las cooperativas baleares están "mucho mejor defendidos" en el modelo actual que tras la fusión.
Grupo Caja Rural está formado por 73 cajas rurales (65.500 millones de activos y fondos propios de 5.600 millones), una red de 3.635 oficinas, 13.400 empleados y más de 1.400.000 socios cooperativos.
La Asociación Española de Cajas Rurales insiste a través de un comunicado en que el sistema de integración que emplea es un modelo de banca federada que permite "salvaguardar la autonomía" de las cajas rurales. Ello posibilita "defender la autonomía de cada entidad" y mantiene la descentralización operativa y el principio de subsidiariedad.
En este sentido, Lorenzo recuerda que Caixa Rural de Balears aprobó en sus dos últimas asambleas su participación en un SIP con otras 20 cajas del Grupo Caja Rural, sin descartar la incorporación de las restantes cajas del Grupo, apostando públicamente por este modelo. Por ello, "no tiene mucho sentido que semanas más tarde la entidad pretenda abandonar el proyecto", apunta.
Para el secretario general del Grupo, "sin capacidad local para tomar decisiones", con órganos de decisión fuera del ámbito balear, la cobertura financiera para ocuparse de los pequeños agricultores y ganaderos locales "podría ponerse en cuestión". En su opinión, el argumento que esgrime la caja balear para explicar la necesidad de integración "no es válido", puesto que la entidad balear no atraviesa dificultades económicas ni la fusión conllevará privilegios para los accionistas.
Caja Rural manifiesta, por último, que su principal deseo es que los socios "puedan ejercer sus derechos con un total convencimiento y con la máxima información y participación" a la hora de acudir a votar.