El secretario general de Turismo y Comercio Interior, Joan Mesquida, ha asegurado este viernes que los medios de comunicación europeos han constatado la "eficacia y contundencia" con la que ha reaccionado el Gobierno español a la hora de resolver el caos provocado en los aeropuertos del país como consecuencia del cierre del espacio aéreo tras el abandono masivo de los controladores de sus puestos de trabajo.
Minutos antes de recibir un galardón por parte de las Agencias de Viaje de Baleares (AVIBA), Mesquida ha destacado que la prensa europea ha reflejado, tal y como ya pasó con la erupción de la nube volcánica, la "rapidez" en la normalización de la situación, algo que, según ha resaltado, se ha visto como una "fortaleza de España como destino turístico".
El secretario general de Turismo ha hecho hincapié en que los controladores deberán pagar las consecuencias del caos provocado en los aeropuertos y ha apostillado que "lo normal es que esta situación no les salga gratis".
"El sector turístico pidió al Gobierno eficacia y contundencia y así fue cómo actuó", ha señalado Mesquida, quien, además, ha incidido en que ahora hay 440 expedientes abiertos por lo que es la Justicia la que tendrá que "depurar responsabilidades". En este sentido, ha criticado el "comportamiento salvaje" que tuvieron los controladores "secuestrando un país".
En cualquier caso, durante su discurso tras haber recibido el premio, ha asegurado que el Gobierno central no volverá a permitir que esta situación se vuelva a repetir, ya que "garantiza la normalidad absoluta" en los aeropuertos del país.
Por su parte, el presidente del Govern, Francesc Antich, ha recordado que la Fiscalía de Baleares ha incoado diligencias penales por el conflicto de los controladores. El Ejecutivo balear lo que desea, ha indicado, es que quede patente que "este tipo de actuaciones no se pueden volver a repetir porque van en contra de la principal industria de Baleares, que significa muchos puestos de trabajo".
Además, de haber creado un problema durante varios días, se ha favorecido una "mala imagen para la economía de un país", ha considerado Antich.