José Ramón Bauzá Díaz sigue tomando Cola-Cao o Nesquik- "me miran raro cuando lo pido", confiesa- por mucho que su ritmo de vida se ha incrementado vertiginosamente en los últimos tiempos y sigue siendo diferente- en el sentido de que no parece un político al uso- pese a haber arrasado en las últimas elecciones autonómicas y estar a punto de convertirse en el quinto presidente de la Comunidad Autónoma de las Illes Balears. Sigue atendiendo de manera cordial y cercana y hablando de manera sosegada y convincente.
No piensa cambiar de coche ni de casa, ni tampoco tiene miedo por la responsabilidad que la mayoría de los ciudadanos de Balears han depositado en el proyecto del Partido Popular.
"Creo que no solamente nos va a dar tiempo, si no que vamos a ganar con mayoría absoluta". Son palabras suyas de enero de 2010 al ser preguntado sobre si tendría tiempo de ganar las pasadas elecciones, ¿había consultado con alguna pitonisa?
Nada de pitonisas, simplemente es cuestión de trabajar a pie de calle y saber escuchar a la gente. Esto lo da mucho la política municipal y mi intención es hacer de alcalde desde la presidencia del Govern.
¿Esperaba que el cambio por el que luchaba se produjese tan rápido?
Yo no improviso, tengo una manera de hacer las cosas metódica y basada en el análisis. Si hacíamos lo que teníamos que hacer y teníamos un poco de suerte ya sabía que podríamos conseguir la confianza de muchos ciudadanos.
Alcalde desde la presidencia. Veo que no cambia su discurso sobre la política municipal, ¿tanto le ha enseñado?
Me lo ha enseñado todo. Todos los políticos deberían pasar por un ayuntamiento porque es la política de la realidad, de mirar a los ojos, no esconderse y afrontar problemas reales. Siempre he dicho que pensaba extrapolar al Govern esta manera de hacer política y lo voy a hacer así.
¿Cree que realmente será posible, que podrá evitar acabar en los mundos de Yupi?
Sin ninguna duda, es posible si uno tiene la voluntad de hacerlo. La política municipal es una buena escuela, te pone plomo en los tobillos para no elevarte.
¿Y se ve también capaz de contribuir a la mejora de la financiación local que ha reivindicado como alcalde?
Lo primero será analizar exactamente el estado de cuentas, que es muy grave. Por este motivo, hablar de transferencias a los ayuntamientos desde el ámbito autonómico será imposible, habrá que luchar a nivel estatal. En Marratxí, el 33 por cien de las competencias del ayuntamiento eran competencias impropias lo que suponía que una tercera parte del presupuesto se iba en cosas que correspondían a otras administraciones.
Habrá que ir poniendo las bases para que sean otras administraciones las que den el máximo servicio a los municipios.
Esto y todo lo que se le viene encima lo hará con un equipo de gobierno que ¿ya tiene decidido?
Sí, la estructura está totalmente definida porque un presidente no puede improvisar aunque habrá que esperar que se vaya cumpliendo las etapas hasta presentar el nuevo equipo de gobierno.
Un nuevo equipo de gobierno que contará con menorquines...
Hay que tener en cuenta que voy a aplicar una reducción importante de consejerías, direcciones generales, empresas públicas, de la Administración en general, pero Menorca tendrá la representación que merece.
¿No me adelanta ningún nombre?
No, todavía es pronto, pero, repito, tendrá la representación que merece.
Que la merece porque Menorca le ha querido mucho a usted.
Yo también he querido mucho a Menorca, he estado viniendo como mínimo una vez al mes desde que me puse al frente del PP de Balears y más durante los últimos meses. Era una decisión con voluntad propia, una idea predeterminada, he venido con ilusión a ayudar y los resultados son fruto de un trabajo entre todos.
¿Tiene alguna idea concreta para sacar a Menorca del pozo?
Evitar la deriva a la que iba es lo primero que hemos conseguido con este resultado electoral. Ahora toca trabajar con diferentes sectores para posicionarla en el mapa de la calidad turística y que sea atractiva por sus condiciones geográficas y su atractivo turístico.
En este objetivo la mejora de transporte aéreo es obligada. ¿Será ésta la legislatura en la que se consigan resultados concretos?
Será la legislatura con menos palabras y más hechos. Éste es un compromiso también adquirido por Mariano Rajoy lo que supondrá una implicación máxima. Soy consciente, porque lo he vivido en primera persona, de las dificultades de Menorca con el transporte aéreo, y me esforzaré al máximo por superarlas.
Insiste en su voluntad de contar con los sectores económicos, pero ¿qué va a pasar con la cultura, la cooperación o el deporte? Existe un cierto temor a recortes en estos campos.
El objetivo es que los servicios básicos se mantengan, para el resto lo primero que hay que saber son los resultados de las auditorías. Para aplicar un buen tratamiento hay que tener un buen diagnóstico y éste requiere de pruebas analíticas sobre la mesa. Hasta entonces no puedo decir nada.
Pero habrá recortes.
Es precipitado. Hay que esperar a los resultados. No es que lo quiera saber yo, es que nos interesa saberlo a todos.
Sin embargo, ya se sabe que la situación será difícil. ¿Se podrá implantar el modelo educativo trilingüe que pretenden?
El modelo lingüístico que queremos en educación se implantará a partir del curso 2012-2013. Antes no se puede porque este curso está prácticamente finalizado y no da tiempo. La voluntad política es cuestión de prioridades y para mi la educación es la primera. Lo prioritario será la educación sobre cualquier otra cosa y tendremos que hacer más con menos.
¿También va a seguir comprometido con la corrupción?
Sí, el protocolo contra la corrupción se inició cuando alcancé la presidencia del PP y se ha extendido con la Carta de Compromiso por la Transparencia que no tiene fecha de caducidad.
No tenía miedo cuando se enfrentaba a las primarias ¿lo tiene ahora?
Ninguno. Lo digo con toda la humildad del mundo y consciente de mis limitaciones. Me gustan los retos difíciles y soy de quienes quiere tomar decisiones aunque éstas sean difíciles, que lo serán. Pero no me asusta. Si uno asume la presidencia ha de estar preparado para tomar decisiones.