El director del Centre de Recerca Económica (CRE), Antoni Riera, ha manifestado que es "rotundamente falso que Baleares será la primera en salir de la crisis" teniendo en cuenta el comportamiento de la economía de las Islas en los últimos 10 años.
Riera ha hecho esta declaración este miércoles en la presentación a los medios de comunicación del 'Informe Económico y Social de las Islas Baleares 2001-2010. Panorámicas de un trayecto decenal', que este jueves será explicado al público en la sede de Sa Nostra en Palma.
Tras hacer la afirmación, el responsable del CRE ha explicado los motivos para negar la posibilidad de que la comunidad balear esté entre las primeras autonomías de España en dejar atrás la crisis económica, entre los que ha señalado que "en la última década, Baleares no ha liderado el crecimiento en España ni en la Unión Europea".
También ha descartado esta posibilidad porque "tenemos desequilibrios más graves" que la media española, dado que, según ha argumentado, las Islas han descendido desde el tercero hasta el séptimo lugar del Estado en cuanto a PIB per cápita y también porque otras CCAA la han superado tanto en riqueza, como en innovación y formación de su capital humano.
Según el economista, los resultados de los últimos 10 años en Baleares son "síntoma de un problema de funcionamiento" del sistema regional, que califica como "malo" e "ineficiente" porque "no aprovecha su potencial y erosiona bienestar". Prueba de ello, ha dicho, es que la productividad ha bajado considerablemente en la última década.
En concreto, el Informe del CRE desvela que, en el período 2001-2010, "el PIB per cápita regional ha acumulado una pérdida real del 14,6 por ciento", con un ritmo de descenso del -1,6 por ciento anual. Tan sólo ha habido dos años, 2004 y 2006, en los que la renta por habitante ha evolucionado en terreno positivo (0,7 y 0,6 por ciento, respectivamente), pero en definitiva "Baleares ha perdido bienestar año tras año" y "se ha empobrecido respecto a España", ha dicho Antoni Riera.
El ejercicio de 2010 se cerró con un -1,9 por ciento en el capítulo de la renta por cápita, con un índice de 107 puntos, sólo 7 por encima de la media española. Riera ha subrayado que esta ligera ventaja está "a punto de erosionarse" y que, si no se corrigen los problemas, en los próximos años el PIB por habitante de Baleares "será inferior al de España".
Antoni Riera ha explicado también que, si bien el menor avance nominal del PIB ha convivido con el aumento demográfico más alto del Estado, "la población ha hecho una contribución positiva" y "no es el problema". En este punto ha matizado de nuevo que "el problema no es la estructura, sino que no se sabe aprovechar" el sistema productivo regional.
El director del Centre de Recerca Económica ha hecho hincapié también en la pérdida de productividad registrada en Baleares. De hecho, en el primer decenio del siglo XXI las Islas han mantenido una tendencia descendente. En comparación con 2001, Baleares ha perdido un 3,3 por ciento de la productividad nominal del capital y un 0,2 por ciento de la productividad real del trabajo.
El director del CRE ha asegurado que "Baleares está donde está gracias a la acumulación" de capital (público y privado), que ha aumentado un 5,3 por ciento en la década 2001-2010, y de fuerza laboral, cuyo incremento ha sido del 2,1 por ciento en el período.
Sin embargo, el economista ha sentenciado que, en pleno siglo XXI, los empresarios baleares "han seguido acumulando" y han hecho "prácticas obsoletas" propias de "países emergentes" que no han conseguido transformar el sistema. Como prueba de la "ineficacia" del sistema, Antoni Riera ha aducido que el incremento del Producto Interior Bruto de la comunidad ha sido "significativamente más moderado", un 1,1 por ciento.
Así mismo, ha afirmado que la producción entre 2001 y 2010 ha sido limitada porque el 'stock' de capital se ha concentrado en partidas improductivas, como la residencial (56,3 por ciento), y porque casi la mitad de los trabajadores (el 45,8 por ciento) sólo tiene la educación básica.
Del informe del CRE correspondiente a la primera década del siglo XXI destaca también la acentuación de la desigualdad en la renta. Entre 2001 y 2007, años de la 'fase expansiva', la proporción de renta aglutinada por el 5 por ciento de la población que tiene los ingresos más elevados se había incrementado un 18,2 por ciento, mientras que la absorbida por el 5 por ciento con los ingresos más bajos se había mantenido prácticamente igual.
Riera ha explicado que la sociedad balear "ha incubado otras formas de desigualdad": formativa (a raíz del aumento de los índices de abandono escolar en la ESO), laboral (el paro afecta más a los más jóvenes y menos cualificados) y salarial (algunos colectivos perciben una retribución significativamente inferior a la media).
El resultado, según el estudio del CRE, es que ha aumentado el porcentaje de población que se encuentra por debajo del umbral de la pobreza en las Islas Baleares, pasando del 15,2 por ciento en 2004 al 17,3 por ciento en 2009.
La 'receta' del CRE
Para Antoni Riera y para el CRE (organismo impulsado por Sa Nostra y por la Universitat de les Illes Balears) el archipiélago saldrá de la crisis lentamente y la única "receta" para conseguirlo pasa por "aprovechar en lugar de acumular".
En cualquier caso, su mensaje a los agentes sociales y económicos es que "se equivocan si apuestan por desestacionalizar, diversificar o especializar". El experto ha señalado que la apuesta debe ser una "transformación" en forma de "salto".
Preguntado por la capacidad de los políticos y del actual Govern para reconducir la situación económica de Baleares, Riera ha apuntado que "tenemos todos los mecanismos para la transformación, incluso en las instituciones".
De cara al próximo decenio 2011-2020, los expertos del Centre de Recerca Económica han elaborado un decálogo de los retos a asumir para que Baleares realice la transformación estructural que, en su opinión, precisa. A pesar de ello, Antoni Riera ha reconocido que la segunda década del siglo XXI tendrá "poco crecimiento y poca creación de ocupación".
Entre los retos que incluye la "receta" del CRE, cabe señalar la asunción de las reglas de juego propuestas por la globalización; la búsqueda de "nuevas palancas de valor" para la especialización turística; el impulso de la productividad a través de la competitividad; el fomento de la innovación y el progreso técnico; el encaje del "rompecabezas" del medio ambiente, la población y el crecimiento; y la colocación de las empresas al frente del proceso de transformación.