Miquel Ramis, el hotelero que contrató en 2007 a la mujer del expresidente del Govern Jaume Matas presuntamente para encubrir un soborno de 42.111 euros en favor del exmandatario, ha manifestado, en un tenso interrogatorio con el fiscal anticorrupción Pedro Horrach, que no sabe qué trabajo realizó Maite Areal ya que "le asigné un sueldo y un sitio y, a partir de ahí, con todos los trabajadores dejo que el día a día lo lleven los directores. No hago el seguimiento de los empleados uno a uno".
En su declaración como testigo ante el tribunal del jurado encargado de juzgar a Matar por un presunto delito de cohecho a raíz de esta contratación supuestamente 'fantasma', el también exalcalde del municipio mallorquín de Muro ha manifestado que únicamente veía a la esposa del expresidente "en actos o comidas" y que en éstos le contaba "con qué clientes había contactado". No obstante, al preguntarle el fiscal qué clientes eran, el hotelero se ha limitado a responder: "ah, no lo sé".
Una respuesta que ha llevado al fiscal a espetar: "¿De qué me habla? ¿Contrata a alguien para hacer de relaciones públicas y no sabe con quién? De qué me habla?", a lo que el testigo ha contestado: "hablo de lo mío". Ramis ha manifestado que su cadena hotelera cuenta con más de 1.700 trabajadores y que son los directores quienes controlan su labor. "Pero no todos son la mujer del presidente", le ha rebatido Horrach, sin obtener respuesta del hotelero.
Según ha apuntado, Matas y él eran "bastante amigos" y cuando el exministro le pidió trabajo para su mujer, se sintió "comprometido", pero no "presionado". "Éramos amigos y cuando un amigo me pide algo, si puedo le complazco". Sin embargo, ha admitido que el puesto que iba a ejercer Areal "no lo necesitaba" y ha agregado incluso no saber si resultó "útil".
De hecho, en un punto de su comparecencia, el empresario ha llegado a afirmar que el contrato de Areal finalizó porque ésta no rendía, lo que ha llevado a Horrach a decirle que "lleva media hora de reloj diciendo que no la controlaba y dice ahora que el rendimiento no era el esperado". Tal y como ha señalado finalmente Ramis, había "un pacto con Matas por el que el 31 de diciembre de 2007 finalizaría el contrato. Ella acabó porque tenía que acabar".
Finalmente, cuando el fiscal le ha preguntado si al director del hotel le rendía cuentas, el representante de la acusación pública ha obtenido un nuevo "no lo sé" como respuesta.
Cabe recordar que, en su comparecencia en fase de instrucción, Ramis manifestó que después de que Matas le solicitara un puesto para su mujer, se creó una plaza para ella como relaciones públicas por un año, pese a negar que se hiciese como un "regalo".
El empresario, que se ratificó así en la declaración que ya prestó en dependencias de la Guardia Civil, manifestó que Areal no tenía un horario determinado ni tampoco despacho, y que no controlaba si el trabajo de la mujer de Matas era fructífero.