El Govern ve en la aprobación de los Presupuestos de 2018 –que ascienden a 5.008,8 millones de euros, 340,5 millones más que en 2017, lo que representa un incremento del 7,3 por ciento respecto a este año– una muestra de su estabilidad y una garantía de futuro para el inicio del último año completo que le queda para gestionar y concretar lo que se aprobó este jueves.
El aval a las cuentas autonómicas, sin desmarques de ninguno de los partidos de la mayoría pese a coincidir con un momento muy delicado –el provocado por la renuncia de Biel Barceló y su sustitución por Bel Busquets– da aire al Pacte y actúa como bálsamo. Podemos, que no forma parte del Govern, no cuestionó ni una sola de las partidas y durante los tres días que se ha prolongado el debate que concluyó ayer, destacó el componente social de los Presupuestos. Un ejemplo de las políticas de cambio, indicó ayer su portavoz Alberto Jarabo.
Minutos antes de la aprobación de los números de 2018, la consellera de Hacienda, Catalina Cladera, relató que «tenemos un año asegurado de gestión política», que Balears la séptima de un total de diecisiete territorios que aprueba las cuentas del próximo ejercicio antes de finalizar este año y que al destinar el 70 por ciento a políticas sociales, «dejamos atrás los recortes del Estado del bienestar y las políticas de «austeridad» del PP.
Los pronósticos del PP
Podemos se implicó desde el primer momento en la aprobación de los Presupuestos y, a diferencia del año anterior, buena parte de enmiendas de los grupos que forman la mayoría, se incorporaron en el debate previo. De las aproximadamente 800 enmiendas parciales presentadas por los grupos, también el PP, durante la tramitación parlamentaria se han aprobado o transaccionado el 20 por ciento, según datos de Hacienda.
El PP augura que estos serán los últimos Presupuestos que apruebe el Govern y Margalida Prohens, su portavoz, se mostró ayer convencida de que las fricciones entre Més, PSOE y Podemos se harán evidentes en 2018 y que cada grupo actuará en clave electoral.