El Govern no tiene intenciones de cambiar el proyecto de ley de residuos a pesar de las advertencias de ilegalidad de las grandes empresas de alimentación, según afirmó el director general de Residus del Govern, Sebastià Sansó. «Esto es la lucha de David contra Goliat, pero no vamos a dar marcha atrás», aseguró el alto cargo del Ejecutivo.
Las grandes empresas de alimentación de España han presentado alegaciones al proyecto de ley que, entre otras cuestiones, prohíbe las cápsulas de café no reciclables, las pajitas, bastoncillos para los oídos o palos de chupachups de plástico, y otros materiales como toallitas sanitarias y vasos y platos de plástico de un solo uso.
Las grandes empresas de alimentación, entre las que están Pepsico, Nestlé o Kellog's, afirman que el proyecto de ley va contra la unidad de mercado, pero el Govern lo ve justamente al revés. Sansó afirmó que las grandes productoras de alimentos deberían tomar conciencia acerca del «sobreenvasado» de sus productos y tendría que entender la ley balear como una avanzadilla de lo que comenzará a pasar a partir de ahora en Europa.
«Baleares ha decidido emprender un camino que todo el mundo ha alabado y que el futuro seguirán otros países», aseguró. Añadió que, al contrario de lo que dicen las grandes empresas, Baleares tiene competencias en esta materia ya que la protección ambiental emana del Estatut, «lo que nos da capacidad para regular disposiciones específicas dentro de la unidad de mercado».
En su escrito de alegaciones, la asociación asegura que agrupa a 29.000 empresas, 480 de ellas de Balears, y que solo en las Islas da trabajo a más de 5.000 personas. Dejan entrever que las medidas proteccionistas del Govern tendrán consecuencias económicas en sus empresas, pero el Govern opina todo lo contrario. «El proyecto de ley es una buena oportunidad para fomentar la economía verde y para impulsar la investigación en el uso de materiales reciclables o biodegradables en los envases alimentarios», opinó Sansó.