Más de 900 consumidores de las Baleares han recuperado ya cantidades de los bancos por cláusulas abusivas en sus hipotecas. Desde la puesta en marcha de los juzgados especializados hace un año y medio han sido 6.386 las demandas que se han registrado por parte de ciudadanos contra los bancos. El porcentaje de éxito de estas reclamaciones es abrumador: siempre por encima de 97 por ciento y, a medida que se han aclarado los criterios por parte de las audiencias provinciales y el Tribunal Supremo, esta cifra ha crecido. Ahora mismo quedan más de 5.000 casos pendientes de resolución.
En el tercer trimestre de este año, las sentencias favorables a los consumidores fueron el 99,1 por ciento. Sólo en Cantabria, donde sólo hubo condenas a los bancos el porcentaje fue superior. En la práctica, las entidades bancarias sólo consiguen absoluciones cuando por algún motivo se entiende que el cliente que ha firmado la hipoteca no es un consumidor. Suele ocurrir con empresas que han solicitado créditos que contienen las mismas cláusulas abusivas o con personas que obtenían la financiación para algún tipo de negocio y a las que se les supone una formación financiera: por ejemplo, una de las absoluciones se produjo en el caso de dos notarios que habían financiado un negocio inmobiliario con un banco y que pedían anular determinadas cláusulas.
El ritmo de presentación de demandas no ha disminuido en Baleares. A pesar de que se produjo un pico a finales del año pasado, en ninguno de los trimestres recogidos por el Consejo General del Poder Judicial en sus estadísticas la cifra ha bajado de las trece cada día de media.
A pesar del grado de sentencias en su contra, las entidades bancarias siguen peleando estos asuntos en la vía judicial y son contadas las que aceptan la devolución de ninguna cantidad. Los bancos derivan el pago a una sentencia y, en muchas ocasiones optan por recurrir las condenas. Sólo admiten el pago de entrada o se allanan a las demandas en situaciones muy concretas como las cláusulas suelo, en las que los criterios judiciales llevan años claros.
Las reclamaciones de los consumidores abarcan todo un abanico de cláusulas que imponían los bancos y el pago de gastos relacionados con las escrituras. Las más comunes son las que tienen que ver con intereses moratorios excesivos, cálculo de intereses en función del año comercial de 360 días, las suelo, las multidivisa, el redondeo al alza de los intereses y la de vencimiento anticipado, que permite el desahucio sólo con el impago de una cuota.