Mujeres de todo el mundo han luchado incansablemente por diferentes causas en los últimos meses y se han convertido en ejemplos de como las batallas por los derechos humanos dan visibilidad a la lucha global por la igualdad. Algunos de los rostros y las frases que han destacado en los últimos meses en esa lucha son:?
«¿Cómo pudo callar la Iglesia, cubriendo tales atrocidades?»
Con esa dureza interpeló a la jerarquía vaticana la superiora de la Sociedad del Santo Niño Jesús, la nigeriana Veronica Openibo, una de las tres valientes mujeres que apremiaron a los obispos del mundo a rendir cuentas por los abusos a menores por miembros de la Iglesia en la histórica cumbre celebrada en febrero en el Vaticano.
Tampoco le tembló la voz a la periodista mexicana Valentina Alazraki: «O la Iglesia se decide de manera radical a estar del lado de las víctimas o los periodistas seremos sus peores enemigos», dijo la corresponsal en Italia y el Vaticano de la cadena Televisa desde hace 45 años y con 150 viajes papales a sus espaldas con una libertad y valentía cómo nunca se había escuchado.
La tercera voz femenina que oyeron los obispos fue la de la subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, Linda Ghisoni, un hecho inédito en un mundo que sigue sin estar acostumbrado a escucharlas.
La concejala brasileña asesinada Marielle Franco
Concejala de Río de Janeiro, negra, lesbiana y activista de derechos humanos, Franco fue asesinada a balazos junto al conductor del vehículo en el que circulaba en la noche del 14 de marzo de 2018, un crimen que casi un año después sigue sin esclarecerse.
Socióloga de 38 años procedente de las favelas de Maré, una de las áreas más violentas de Río de Janeiro, había criticado la violencia policial como relatora de la comisión que investigaba la intervención militar decretada un mes antes por el Gobierno en el estado más emblemático de Brasil.
Su asesinato, en el que se sospecha la participación de grupos paramilitares conocidos como «milicias», causó una profunda conmoción global y su figura se ha convertido en un icono de la lucha por la igualdad, en particular de los derechos de las mujeres negras.
La congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Córtez
Carismática, preparada, trabajadora y latina. Con solo 29 años, Alexandria Ocasio-Córtez o AOC, como ya se la conoce, se ha convertido en un referente para las mujeres de todo el mundo tras ser elegida la congresista más joven en la historia de EE.UU.
Su logro tuvo más relevancia si se tiene en cuenta que, en apenas cinco años, pasó de ser una camarera a ocupar un asiento en el Congreso por Nueva York, desde donde se ha catapultado al estrellato político mundial.
Ocasio-Córtez no sólo ha abierto una brecha en el difícil «techo de cristal» de la política estadounidense, sino que, con su enorme carisma, se ha convertido en icono global: heroína de cómic, sus redes sociales son seguidas por millones de personas y su particular estilo es imitado hasta la saciedad.
Las guerrillas kurdas que han derrotada al Estado Islámico
Las mujeres kurdas de Siria, que representan un ejemplo inédito de igualdad en Oriente Medio, han sido fundamentales en la batalla para derrotar al grupo terrorista Estado Islámico (EI), en la que han transmitido un potente mensaje de igualdad.
Con su propia unidad militar, las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ), han luchado codo a codo con los hombres, con los que han compartido al 50 por ciento el liderazgo de las operaciones sobre el terreno y las responsabilidades estratégicas en el asalto final al último bastión de los yihadistas.
«En este momento el papel de las mujeres es histórico. La meta de nuestra lucha es la creación de una nueva sociedad que empiece con una visión ecológica, de respeto a la naturaleza, y la afirmación de los derechos y la identidad de las mujeres», explica una de sus comandantes, Nesrin Abdulá.
La periodista filipina Maria Ressa
Esta mujer se ha convertido en el azote del Gobierno del polémico presidente Rodrigo Duterte y en un símbolo de la libertad de prensa por la persecución judicial que está padeciendo por hacer su trabajo.
Veterana corresponsal en el Sudeste Asiático, Ressa dirige desde 2010 el medio digital Rappler, convertido hoy en uno de los más influyentes del país que ha destapado escándalos que atañen al entorno del mandatario y fue pionero en denunciar los abusos de la guerra contra las drogas.
Distinguida como «Persona del Año» en 2018 por la revista Time, Ressa afronta en estos momentos dos procesos judiciales, uno por evasión de impuestos y otro por difamación cibernética, que han escandalizado al gremio periodístico mundial y a grupos defensores de los derechos humanos, que ven un intento de silenciar su poderosa voz.
«Si alguien piensa que hablo mucho sobre mujeres, que espere a escuchar todo lo que tengo que decir»
Esa fue una de las primeras frases de la que es desde hace apenas cuatro meses nueva presidenta de Etiopía, Sahle-Work Zewde, que llegó al cargo con un discurso profundamente feminista, hablando de acabar con la opresión de las mujeres y de que el cambio que vive el país sea cosa de mujeres y hombres, en un país donde el 58 % de las féminas se casan antes de cumplir los 18 años, según datos de la ONU.
Su nombramiento, a pesar de que su cargo no tiene ninguna función ejecutiva, es una apuesta firme del primer ministro, Abiy Ahmed, de incluir a las mujeres en la política, tras nombrar el primer Gobierno paritario de África o colocar
rostros femeninos en puestos tan importantes -y tan tradicionalmente masculinos- como la presidencia del Tribunal Supremo o de la Junta Electoral y el Ministerio de Defensa. El país con el crecimiento económico más pronunciado del continente quiere también dar lecciones de igualdad.
Las activistas saudíes Loujain Al Hatloul, Iman Al Nafyan y Aziza Al Yusef
Acaban de ser acusadas junto a otras activistas de «socavar la seguridad, la estabilidad y la unidad del Estado», cuando llevan casi diez meses encarceladas por reivindicar sus derechos, como pedir públicamente el final de la prohibición que impedía a las mujeres conducir y que poco después se anunció a bombo y platillo como una gran reforma del príncipe heredero, Mohamed bin Salman.
Al Hatloul, Nafyan y Al Yusef, que han denunciado torturas y abusos sexuales en prisión, se han convertido en el rostro de la valentía ante la brutalidad del patriarcado en Arabia Saudí, donde una mujer no puede viajar sin el permiso de un hombre.
Ante eso se rebeló también la joven de 18 años Rahaf Mohammed Al Qunun, que huyó a Bangkok tras escapar de su familia y apostatar del islam, y cuyo gesto, tras hacerse viral, ha sentado un precedente entre las adolescentes saudíes. Ahora vive como asilada en Canadá.
La activista sueca Greta Thunberg
Cuando en septiembre pasado, Thunberg, de 16 años, decidió sentarse cada viernes a las puertas del Parlamento de Estocolmo. Nunca imaginó que su voz llegaría a escucharse en todo el mundo y que se convertiría en altavoz global de la lucha contra el cambio climático.
«La biosfera se está sacrificando por países como el mío para mejorar la vida de los ricos», ha dicho esta adolescente, el nuevo símbolo de una generación abocada a concienciar a la sociedad sobre el cambio climático.
Las redes sociales han impulsado una lucha que está sirviendo de inspiración a decenas de miles de jóvenes de todo el mundo, que han comenzado a movilizarse por un futuro que, según aseguran, les están robando.
Las mujeres vestidos de blanco que se cansaron de que matasen a sus hijos en Guinea
Miles de mujeres vestidas de blanco salieron a las calles de Conakri, la capital de Guinea, hace un año. Nada tenía que ver con el Día Internacional de la Mujer, sino porque estaban hartas de perder a sus hijos por la violencia política y la represión de las manifestaciones de la oposición.
«Es el grito desde el corazón de todas las mujeres. Estamos cansadas, es el futuro de todo un país el que están poniendo en peligro a la vista de todos», justificó la presidenta del comité de mujeres del partido de la oposición guineano, Bah Maimouna Diallo.
Apenas dos meses después, el primer ministro, Ibrahima Kassory Fofana, nombró un nuevo gabinete con solo 4 mujeres de 33 ministros. Un grupo de decenas de mujeres lanzó entonces un colectivo, «No sin ellas», con el que denunciaron que llevan años esperando que se las tenga en cuenta en posiciones de poder. «Sepa, señor presidente, que en Guinea existe una base de mujeres con las cualificaciones requeridas para asumir un liderazgo igualitario en el organismo del Estado», explicaban en su manifiesto.