La Conselleria de Educación y Formación Profesional abrió durante el curso 2019-2020 un total de 262 protocolos por presunto acoso escolar entre iguales, de los que solo 60 fueron valorados como situaciones de 'bullying', cifra que supone una bajada del 45,9 por ciento en comparación con el año anterior, cuando se abrieron 407 protocolos y se confirmaron 111 conflictos.
Según ha explicado la directora general de Primera Infancia, Innovación y Comunidad Educativa, Amanda Fernández, los protocolos que no terminaron siendo valorados como acoso escolar fueron casos que, o bien se fueron resolviendo por sí solos, o no cumplían con todos los parámetros que hay que tener en cuenta para designar un conflicto como 'bullying'.
En este sentido, Fernández ha precisado que, «cuando un padre está preocupado, un docente ha visto algo o el propio niño lo manifiesta», el centro procede con el protocolo de presunto acoso escolar, que parte de la creación de un sociograma sobre el grupo de alumnos en cuestión y de la búsqueda de compañeros que sean «más prosociales», que puedan aportar información útil para el profesorado.
«Hay veces que se trata de conflictos entre dos, que no perduran en el tiempo y que no cumplen los criterios para ser como tal», ha remarcado este jueves durante una rueda de prensa la directora general, quien ha destacado que el simple hecho de abrir un protocolo por presunto acoso escolar «ya es preventivo por sí solo» y «cambia muchas cosas».
Si bien la directora general y el conseller de Educación y Formación Profesional, Martí March, han valorado este descenso en el número de casos de acoso escolar en Baleares, ambos han remarcado que, debido a la pandemia y los periodos establecidos de enseñanza a distancia como medida preventiva contra el coronavirus, estos datos «no son extrapolables».
Del total de protocolos abiertos, destacan 25 con una denuncia policial o fiscal asociada, 14 por presunto abuso sexual, ocho contra personas trans y 32 por ciberacoso. Este último dato, a pesar de que los alumnos hicieron un mayor uso de los dispositivos electrónicos en la recta final del curso pasado, ha bajado un 51,5 por ciento.
De estos casos destacados, no todos fueron valorados como situaciones de 'bullying', sino que algunos solo constan entre los 262 expedientes. Asimismo, cabe puntualizar que, del total, 48 de los conflictos afectaron a estudiantes con necesidades educativas especiales, un 4,9 por ciento menos que en 2018-2019.
Además, se distinguen cuatro motivos principales por los que se produjo este acoso, que son razones de género, con 27 casos, cuatro más que en el curso anterior; culturales y religiosos, con 15 casos, seis menos que en 2018-2019; diversidad sexual, con seis conflictos, diez menos, y aspecto físico, con 31 casos, 45 menos.
Durante el curso pasado también se pusieron en marcha una serie de programas preventivos específicos. En concreto, se organizaron cursos para fomentar la igualdad de género, para impulsar la cooperación estudiantil, para favorecer la prevención de adicciones y para promover el respeto a la diversidad sexual, entre otros.
Por otra parte, el informe de la Conselleria de Educación y Formación Profesional ha hecho una recopilación de los actos educativos con perspectiva de género que tuvieron lugar en el archipiélago durante el curso pasado y ha celebrado que los centros cuentan actualmente con 224 agentes de coeducación.
De esta programación, hubo 208 actividades dirigidas a visibilizar a las mujeres como referentes; 293 fueron actos conmemorativos; 155 fueron campañas de sensibilización educativa; 141 fueron organizados desde una perspectiva igualitaria, y 50 tenían el objetivo de dar visibilidad al colectivo LGTBI.
Si bien algunas de estas actividades se vieron interrumpidas por el confinamiento y las restricciones sanitarias, la Conselleria de Educación ha reivindicado su intención de promover actividades que favorezcan la igualdad de género, el respeto y la salud mental entre los jóvenes de Baleares.
El informe también apunta que los centros del archipiélago están involucrados en la puesta en marcha de programas de acogida, que este año han sumado un total de 200, así como los de el buen uso de Internet, con 142 actividades; iniciativas de educación social y emocional, con 159, y prácticas restaurativas, con 165.
Como subraya la memoria, estas cifras ponen de manifiesto que, durante el curso pasado, los centros educativos dieron prioridad a iniciativas dirigidas a garantizar el bienestar emocional de los alumnos, tanto personal como social. Asimismo, puntualiza que hubo 544 casos de absentismo masculino y 441 de femenino.
March ha destacado que la convivencia en las escuelas de Baleares es cada vez mejor y más estable, una opinión con la que coinciden los centros, pues el 97,3 por ciento puntúa el ambiente escolar de forma positiva y un 98,8 por ciento celebra la relación entre los profesores y los alumnos.
Asimismo, el 97,3 por ciento de los centros considera que las relaciones entre los alumnos son «buenas» o «muy buenas», el 97,7 por ciento cree que existe una convivencia positiva entre el profesorado y el 99,1 por ciento asegura que las relaciones con las familias de los alumnos son «buenas» o «muy buenas».
Finalmente, el conseller ha reivindicado que, a pesar de la pandemia, los centros educativos han demostrado ser «los espacios más seguros» y ha agradecido a los docentes que hayan sido capaces de actuar con eficiencia ante los casos de coronavirus que han sido detectados en las aulas.
En este sentido, también ha valorado el trabajo «importantísimo» de los profesores para que, a pesar de las circunstancias, los alumnos puedan continuar con el aprendizaje. «Hemos entrado en el ultimo trimestre del curso y tocará hacer balance», ha concluido.