Este miércoles ha arrancado la campaña de vacunación contra la COVID-19 a los niños con edades comprendidas entre los 9 y los 11 años; se trata de 37.264 menores. Posteriormente, lo harán el resto de franjas de edad, ya que se ha decidido inocular a los infantes con edades comprendidas entre los 5 y los 11 años. Se trata de un grupo bastante sensible, al que el coronavirus ha afectado de una forma especial porque no tienen todas las herramientas necesarias para comprender los cambios en la vida cotidiana que ha supuesto la pandemia.
De un día para otro, en marzo de 2020, dejaron de ir al cole, de salir al parque, de ver a sus familiares y amigos y comenzaron un estricto aislamiento domiciliario. En septiembre de ese mismo año volvieron al cole con mascarillas, distancias de seguridad, los más pequeños en grupos burbujas... Sin lugar a dudas, la pandemia ha irrumpido con fuerza en sus vidas y ahora llega un nuevo momento crucial: la vacunación. Sara Mesa, psicóloga y forma parte del Grupo de Trabajo de Psicología Educativa del Colegio de Psicólogos de Baleares, explica que es muy importante explicarle a los niños cuál es la situación y por qué deben vacunarse.
«Siempre nos hemos vacunado, pero con la pandemia de la COVID-19 se han creado muchos sentimientos y emociones que contagiamos a los niños. Eso se une a toda la información que les llega y que no todos han comprendido bien», expone. Ante esta situación aconseja a los padres, e incluso a los profesores, tener una actitud de calma porque se ha generado una gran incertidumbre ante esta enfermedad. «Si hemos decidido vacunarlos, es esencial tener una actitud tranquila, lo que transmitimos con el lenguaje no verbal es muy importante», sostiene.
A su modo de ver, «es muy importante explicarles el por qué y para qué. Antes que nada, preguntarles para averiguar qué información tienen sobre el coronavirus y detectar si tienen algunas nociones erróneas que conviene corregir, así como completar aquellas carencias de información que puedan tener adecuándola a sus características y capacidades. También es básico tranquilizarlos si tienen miedos y explicarles la importancia de vacunarse, sus beneficios. Así mismo les informaremos sobre el proceso de vacunación, es decir, que acudirán al centro de salud y que quizás tengan alguna reacción adversa, como fiebre o malestar y que esto es normal». No obstante, advierte que esto último podría obviarse en el caso de los más niños que sean más ansiosos ante cuestiones médicas.
Mesa precisa que con los niños que tienen edades comprendidas entre los 5 y los 7 años o en aquellos que lo precisen, sería conveniente acompañar la explicación con dibujos o de material didáctico para que puedan comprender la enfermedad y el proceso de vacunación. También se debe tener una especial precaución en el caso de los niños que tienen alguna discapacidad. En este caso, la citada psicóloga señala que es aconsejable visitar previamente el centro de salud con ellos, e incluso podría ser beneficioso en algunos niños, puedan ver cómo se vacuna a otros niños acompañándolo de historias sociales que faciliten la comprensión. «Los niños que sufren alguna discapacidad suelen ser más sensibles al dolor», puntualiza. En la población infantil general, no se detectan en estos momentos miedos significativos ante la vacunación.