Uno de cada cinco trabajadores afiliados a la Seguridad Social en Baleares en abril era extranjero. Las Islas cuentan con la mayor tasa de mano de obra internacional de España con un 19,6 % del total, ocho puntos por encima de la media estatal (11,7 %). La mayor parte se concentra en construcción y hostelería, dos sectores con gran demanda de personal que parecen haber encontrado en caladeros internacionales un remedio a la falta de mano de obra local. Es decir, que los extranjeros se están quedando con los empleos que los locales ya no quieren. Esa es la lectura que comparten al menos gran parte de las patronales, quienes desde hace meses se están quejando de los problemas para encontrar trabajadores, un problema que no es exclusivo de la hostelería o la construcción, sino que es transversal y multisectorial.
El empleo se disparó en Baleares en abril gracias especialmente al arranque de la temporada turística debido a la Semana Santa.En total, 518.282 afiliados a la Seguridad Social (récord histórico en este mes), de los cuales 101.793 fueron de nacionalidad extranjera. El incremento de afiliados extranjeros respecto a marzo fue del 18,4 %, mientras que el interanual rozó el 34 %. Italianos, alemanes y marroquíes lideran el ránking de las nacionalidades con más trabajadores. Por lo que respecta a los dos principales sectores receptores, la construcción aglutinó más de 17.000 extranjeros entre empleados (13.345) y autónomos (4.261), mientras que la hostelería pasó de los 30.000 trabajadores entre asalariados (26.415) y autónomos (4.264).
Desinterés local
La construcción, sector con unas exigencias físicas mayores que otros, lleva años rellenando de mano de obra extranjera todos aquellos huecos en los que la masa laboral local no está interesada. Una tendencia que parece estar extendiéndose al sector de la restauración y la hostelería (que además es el que más ha visto crecer el volumen de empleados extranjeros también a nivel nacional). Por otra parte, marroquíes, sudamericanos y senegaleses son más abundantes en la construcción (casi el 70 % es de fuera de la Unión Europea), mientras que la hostelería es mucho más proclive a absorber personal del entorno europeo (solo el 55 % es de fuera de la UE).
Alfonso Robledo, presidente de Restauración CAEB, confirmó que es cada vez más habitual que las plantillas se nutran de camareros y cocineros de fuera de España. «Hace tiempo que está pasando», explicó para añadir que tampoco le sorprende que sea la italiana la primera nacionalidad extranjera. «Están abriendo muchos restaurantes de comida italiana en el barrio de Santa Catalina y otros puntos y lo normal es que contraten a trabajadores de ese país», aseveró. Por otro lado, Robledo coincide con portavoces de patronales de otros sectores en que tras la pandemia se aprecia un cambio de mentalidad entre los trabajadores locales, más reacios a aceptar ofertas de trabajo que antes se cubrían con más celeridad.
Por su parte, Eugenia Cusí, presidenta de RBC-Mallorca (PIMEM), admitió que «no es algo que venga de ahora, llevamos tiempo con esta tendencia y la proporción de personal extranjero en nuestro sector es cada vez más elevada». La diferencia, explicó, es que se está llegando a unos volúmenes con los que «tal vez ahora se esté visibilizando más». Por contra, la hostelería y la restauración se está consolidando como un sector cada vez menos atractivo para la población local, para quien «antes era un sector refugio pero que con las restricciones de la pandemia y los continuos cierres ha generado demasiada inseguridad: es un mercado muy volátil».