Organizada por el Cercle d'Economia, la doctora y catedrática de Física de la UIB Alícia Sintes ofreció este jueves en la Fundació Sa Nostra la conferencia Escoltant l'univers, últims avanços. D'on venim i cap a on anem? Presentada por Josep Vicens, presidente del Cercle, Sintes, que recibió el Siurell de Plata 2022 de Ultima Hora, explicó que desde la primera detección de ondas gravitacionales, el 14 de septiembre de 2015, en ese caso de la fusión de dos agujeros negros hace 1.300 millones de años, «se han confirmado 90 captaciones de señales, destacando las de la fusión de dos estrellas de neutrones en 2017 y la de un agujero negro y una estrella de neutrones en 2020».
La doctora se refirió a la participación de su grupo de investigación en la UIB, Gravity, en las colaboraciones científicas Ligo y Virgo, que cuentan con observatorios de ondas gravitacionales que son las herramientas más sofisticadas y sensibles de la ciencia actual. Cabe recordar que la detección de ondas gravitacionales fue merecedora del Premio Nobel de Física 2017. Sintes señaló que «la detección de ondas gravitacionales se produjo un siglo después de que Albert Einstein las explicara en su Teoría de la Relatividad General, aunque creía que nunca serían captadas. Posteriormente, incluso las negó. Cien años después se ha comprobado que son una realidad, pasando de ser unos entes matemáticos conceptuales a unos cuerpos astrofísicos».
Aunque llegan a la Tierra con una longitud de onda muy pequeña (la primera señal detectada en 2015 dura 0,2 segundos), Sintes indicó que «las ondas gravitacionales contienen una información que nos puede dar la clave de cómo se forman los agujeros negros o de la expansión del universo, entre otras muchas cuestiones. Son una auténtica ventana al universo y una nueva manera, y única, de observarlo». Según Alícia Sintes, «a finales de este año, podríamos hablar de centenares de captaciones, tal vez miles. Con los nuevos proyectos en marcha, como el observatorio Ligo en la India en 2025, el Einstein Telescop y el observatorio espacial LISA, más sensibles que los actuales, las detecciones de ondas gravitacionales podrán contarse por millones».
El apunte
Tecnología puntera donde no puede haber ni una mota de polvo
Los observatorios de las colaboraciones científicas Ligo y Virgo, en las que participa el grupo que lidera Alícia Sintes, son los instrumentos más sensibles de la Tierra. Sintes indicó que «a estos observatorios les molesta todo: el viento, los terremotos, las tormentas, los campos geomagnéticos, los rayos cósmicos o las fluctuaciones de la densidad del suelo y de la atmósfera. Se trata de una tecnología puntera de interferometría láser en el vacío donde no puede haber ni una mota de polvo».