Está a punto de finalizar el primer mes de 2023 pero en Balears no se han dado las pertinentes instrucciones sobre cómo y a quién se vacunará de las nuevas inyecciones aprobadas para ponerse dentro de este ejercicio. El malestar entre los pediatras crece, primero por el desconocimiento en sí y segundo porque sospechan que pueda haber una inequidad entre los niños nacidos en enero y el resto de meses. Las vacunas que entran nuevas en el calendario de este año, según ya ha anunciado Baleares y siguiendo las indicaciones del Consejo Interterritorial de Sanidad, son la de la gripe, con la que no hay discusión pues ya se sabe que se suministrará en la campaña de octubre entre los niños de seis meses y cinco años; la del papiloma humano para varones de a partir de 12 años y la del meningococo B.
Comunidades
Las instrucciones, a nivel estatal, dictan que todas las comunidades deben ofrecerlas antes de que termine 2024. Si bien en la gran mayoría de ellas ya se suministran, Baleares ha anunciado que se sumará este año aunque muchos profesionales entendieron que sería desde el 1 de enero y no está yendo así. Cada comunidad elige sus propios plazos pero los del Archipiélago, tal y como criticó la semana pasada la Sociedad Balear de Pediatría (SOPEBA), se desconocen. Está en manos de la Conselleria de Salut el realizar y lanzar a los ambulatorios la instrucción de nuevas vacunaciones y «hasta que no salga, quien quiera protegerse se la tiene que pagar», señala una especialista de las consultadas. «Lo único que queremos es que no se esté retrasando por un tema electoral, que una decisión tan importante como ésta no la tomen los jefes de campaña, porque no debe depender de los políticos», añaden.
Tiempo perdido
Y éste es el temor del colectivo que critica que, al final, quienes salen perjudicados son los niños.
Las sociedades de Pediatría en las Islas están pendientes de esta información y no entienden cómo a estas alturas del año todavía no hay nada claro. En su día, la responsable de Salut Pública de la Conselleria, Maria Antònia Font, aseguró que estaban pendientes de los procesos de compra para poder dar una fecha de implementación. Para los pediatras, sin embargo, cada día que pasa es tiempo perdido porque recuerdan que, aunque posteriormente se pueda hacer una repesca (hoy todavía no se sabe si será así) vacunar a la población que ya ha pasado por su consulta será más difícil. Como se recordará, para esta práctica habitualmente se aprovechan las revisiones ordinarias en los centros de salud. La retroactividad supone, además, una carga laboral más para un colectivo que lleva tiempo quejándose de que tienen más tarjetas sanitarias de las recomendadas y que planteó una huelga.