El proyecto Save the Monk ha identificado seis zonas calientes de presencia del vell marí (Monachus mobachus, foca monje en castellano) en el Mediterráneo central y occidental a partir de rastros del ADN de la especie en agua del mar. Además de Balears, estas zonas el norte del Mar Adriático, el sur del Adriático y el Mar Jónico (sur de Italia), el norte de Sicilia (Mar Tirreno), el norte, sur y este de Cerdeña (también en el Tirreno) y el canal comprendido entre Córcega y la península itálica (Mar de Liguria).
Como se recordará, este proyecto (con un seguimiento de dos años liderado por la profesora Elena Valsecchi, de la Universidad de Milán-Bicocca) consiste en el análisis de ADN en muestras de agua del mar. Los investigadores examinaron 135 muestras tomadas en 120 puntos del Mediterráneo central y occidental en busca de rastros moleculares del vell marí.
El estudio ha revelado así la presencia de la especie en zonas donde hace décadas que no se realizan observaciones directas, tal es el caso de Balears. En nuestra comunidad se habrían detectado rastros de ADN en el Canal de Menorca, costa de Tramuntana de Mallorca y, especialmente, en sa Dragonera y Cabrera. La investigación ha sido publicada en la revista Scientific Reports. El método utilizado por la investigación permite conocer el paso del vell marí por una determinada zona sin necesidad de disponer de restos corporales.
El hallazgo del ADN en Balears viene a confirmar una presencia al menos esporádica de ejemplares en aguas de las Islas y abre la puerta a que una recolonización natural sea más factible de lo que se creía hasta ahora. El vell marí está extinguido en Baleares desde el año 1958, aunque desde entonces ha habido observaciones posteriores, muy esporádicas y no siempre confirmadas. Sí parece descartarse una reintroducción forzada de la especie en determinadas zonas de Balears, pues no está garantizado que una población pueda consolidarse. En caso de una recolonización natural, tampoco estaría garantizada su perdurabilidad.