El uso de la lengua catalana en la administración pública, así como en los colegios o los centros sanitarios es una de las preocupaciones comunes entre los sindicatos educativos, sanitarios o entidades como Plataforma per la Llengua. La victoria del PP en el hemiciclo balear deja dos alternativas, la posibilidad de un gobierno en minoría, por el que muchos de los consultados apostarían, o una coalición con Vox, que se cree que afectaría directamente sobre el uso del catalán.
Desde el sindicato Stei , Miquel Gelabert, cree que el PP de Marga Prohens no repetirá los errores del Govern de José Ramon Bauzá, «no se atreverán a seguir sus políticas lingüísticas por el bien de nadie», señala. Si bien señala la importancia de no depender de un pacto con la extrema derecha. En el Stei, además, están pendientes de cómo evolucionará la implantación de la Lomloe y de la Ley de Educació aprobada en Balears porque con el cambio balear, y las elecciones a nivel estatal, «puede haber un revulsivo legislativo».
Por su parte, en ANPE «no estamos por la labor de ver mareas verdes, ya bastó una vez y todos tienen que aprender», advierte Víctor Villatoro. Este sindicato quiere evitar confrontaciones innecesarias por las lenguas oficiales «que son ejemplos de enriquecimiento». Lo que les preocupa, aseguran, es «mejorar las dificultades que tenemos en las aulas, adecuando las ratios y las infraestructuras». Lo más importante, según Villatoro, es que «se legisle desde el conseno con la comunidad educativa», y pide seguir la hoja de ruta trazada en las reuniones preelectorales que pasarían, en este caso por resolver el plus de insularidad.
Un complemento que también pone sobre la mesa el Sindicato Médico Simebal. Su presidente, Miguel Lázaro, otorga un «aprobado raquítico» a los últimos ocho años de Govern de Pacte al «vivir en una ficción sanitaria que chocaba con la realidad». Ahora, dicen, «toca que se cumplan los compromisos adquiridos», en caso contrario, ya advierte Lázaro que tras los cien días de respeto «no cejaremos en defender la recuperación de la carrera ordinaria con retroactividad, la productividad variable o que desburocraticen los acuerdos alcanzados en Atención Primaria». En esta legislatura, señala Lázaro, hay que priorizar esta gerencia así como la salud mental, el ámbito sociosanitario y los cuidados paliativos. Respecto al uso del catalán, cree la acreditación lingüística debe dejar de ser un requisito «en este contexto de falta de médicos, debería de ser mérito».
El Sindicato de Enfermería SATSE ha optado por agradecer la labor de la consellera Patricia Gómez y su equipo y dar la enhorabuena la Partido Popular con quien quiere seguir «la línea de diálogo mantenida, con una apuesta fuerte por la snaidad pública». El secretario general, Jorge Tera, defiende también la reactivación de la carrera profesional así como la expansión del colectivo enfermero y que haya más fisioterapeutas en el sistema.
Como representante de los técnicos auxiliares de enfermería, SAE pide que se cumplan los compromisos laborales adquiridos e intuye que el catalan «dejará de ser un requisito», auque «deberán hacerlo con rango de ley de capacidades lingüísticas, y no como un simple decreto», explica Alejadro Juan. Entre sus miedos está el que haya demasiados cambios adminsitrativs que puedan poner en peligro los procesos de estabilización de interinos cuyos plazos vienen marcados por Europa.