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Un decreto permite a los ayuntamientos aplicar la prohibición de fumar en playas

La norma estatal deriva de la ley española de residuos y de la directiva europea de plásticos

Imagen de archivo de la recogida de 800 colillas en la playa de Can Pere Antoni, en Palma. | M. À. Cañellas - MIQUEL A. CAÑELLAS

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Un real decreto estatal, en proyecto, referido a residuos del tabaco, derivado de la ley española de residuos y a su vez de la directiva europea de plásticos de un solo uso, faculta a los ayuntamientos para prohibir fumar en las playas.

Así lo establece el real decreto, que también atribuye a los productores de tabaco una responsabilidad en el tratamiento de las colillas generadas por su consumo, convertidas en residuo. Cabe indicar que, para la normativa europea, las colillas están incluidas en la fracción de plásticos de un solo uso por contener este material entre sus componentes.

El director general de Residus i Educació Ambiental en funciones, Sebastià Sansó, adscrito a la Conselleria de Medi Ambient i Territori, ha explicado que «hemos presentado alegaciones al real decreto, principalmente en dos cuestiones: ser más ambiciosos y recortar los plazos previstos en cuanto al tratamiento de los residuos del tabaco, y crear un sistema de depósito y retorno de las colillas a través de un recipiente específico, a su vez sostenible, que sería entregado al cliente en el momento de comprar el producto. El real decreto ya prevé contenedores específicos para las colillas, pero nosotros alegamos que podría crearse un sistema de depósito y retorno».

Sansó señala que «aunque podemos encontrar papeleras, con y sin ceniceros, la verdad es que hay colillas en todas partes, por lo que creemos que con unos contenedores específicos no será suficiente. Aunque el reciclaje de colillas es complicado, es de esperar que la investigación pueda dar en el futuro con vía de aprovechamiento de este residuo».

Para el director general, «la potestad de los ayuntamientos para prohibir fumar en las playas era una cuestión importantísima. En Balears, hemos podido contar hasta ahora con la declaración de Platges sense Fum, pero es sólo una recomendación con su correspondiente cartelería e información. En la práctica, ante un fumador, sólo se podía informarle de la declaración de Platja sense Fum. Con el decreto, el ayuntamiento podrá prohibir fumar en la playa y sancionar a los infractores».

Según Sansó, «esta medida es totalmente lógica, pues los ayuntamientos son los responsables de la limpieza de las playas y, por tanto, deben tener la autoridad y la competencia suficientes para fijar medidas de prevención de residuos en estos espacios naturales, incluidas las colillas. Otra de nuestras alegaciones se refiere a que la capacidad de prohibir en las playas pueda ampliarse a parques y espacios naturales».

Finalmente, el director general de Residus apunta que «existe un problema cultural de base por el que no se es consciente del impacto de las colillas y normalmente se las ha tratado como residuos inocuos».

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