Cerezas, ciruelas, melocotones, sandías, melones... son frutas que evocan al verano, ya que es su temporada y al ser alimentos refrescantes ayudan a combatir el calor. Esto, sumado a su excelente sabor hacía que estuviesen presentes en la mayoría de hogares mallorquines durante la época estival. Sin embargo, la enorme subida de precios ha convertido a estos alimentos prácticamente en artículos de lujo, no aptos para todos los bolsillos.
El presidente de la asociación de consumidores Consubal, Alfonso Rodríguez, ha precisado que «en julio de 2022 el precio de los melocotones estaba en torno a 1,59 euros el kilo, aunque podían llegar a 1,66 euros los más caros. Sin embargo, actualmente los más baratos están 1,99 euros el kilo y los más costosos a 4,20 euros».
En el caso de las cerezas, Rodríguez ha detallado que hace un año costaban 2,70 euros el kilo, aproximadamente, pudiendo llegar a los 2,85 euros los más caros; mientas que ahora se venden a entre 3,99 y a 4,10 euros el kilo. La ciruelas también han experimentado un encarecimiento importante, ya que han pasado de los 2,75-2,90 euros el kilo hace un año a entre 3,39 y 3,50 euros el kilo.
El precio de la sandía y el melón también ha subido mucho. El presidente de la Asociación de Distribuidores de Alimentos y Bebidas de Baleares, Bartolomé Servera, ha destacado que ha duplicado y, e incluso, triplicado; aunque ha avanzado que en agosto se abaratarán gracias a la nueva cosecha.
La sequía es una de las principales responsables de que alimentos habituales en la dieta de las familias mallorquinas, se hayan convertido en artículo de los que se prescinde a la hora de hacer la compra o se reservan para ocasiones especiales. El presidente de Consubal ha añadido que también han afectado el incremento de los costes de producción, transporte y distribución. «La inflación les ha afectado bastante», ha sentenciado.
¿Bajarán los precios?
Preguntado por si se abaratarán estas frutas, Rodríguez lo tiene claro: «No, una vez que suben los precios es difícil que vuelvan a bajar». No obstante, ha puntualizado que «estamos hablando de un ámbito cuyos precios son muy volátiles porque dependen de muchos factores muy cambiantes. La producción, la escasez o exceso de oferta, los costes de transporte, etc. Por ejemplo, el melocotón o el albaricoque, que estamos en temporada, pueden estar en 3 euros el kilo y en dos días puede variar». Esto es lo que sucederá con la sandía, ya que -como se ha señalado anteriormente- aumentará la producción en agosto y, salvo contratiempos inesperados, su valor se reducirá.