El acuerdo del PP y Vox sobre la elección de lengua deja en manos de los centros la última palabra para cambiar su proyecto lingüístico. Las familias podrán escoger el idioma de la primera enseñanza hasta segundo de Primaria, cuando los alumnos tienen unos 8 años, y en los centros en los «que sea posible», según admitió el conseller d'Educació, Antoni Vera. Esta declaración anticipa la dificultad a la hora de aplicar la teoría, que dependerá de la voluntad y los recursos de cada centro. Cabe decir que esta decisión se trata de una medida contemplada en la Llei de Normalització Lingüística de 1986, pero que no se ha ejecutado con decisión por parte de ningún Govern hasta ahora, tras la presión ejercida por Vox. Vera aseguró, además, que en ningún caso se modificará la normativa lingüística vigente, y garantizó que tampoco se podrán crear líneas segregadas por idiomas. «No habrá segregación; es hacer un desdoblamientos unas horas al día», afirmó y puso como ejempo que, siendo profesor, sus alumnos de cuarto de ESO «se desdoblaban en muchas asignaturas, porque eran itinerarios diferentes» y solo estaban juntos en Catalán, Castellano, Inglés e Historia.
Asimismo, Vera explicó que impulsarán un plan piloto voluntario para que los centros sostenidos con fondos públicos puedan permitir que las familias elijan si sus hijos estudian en castellano o catalán más allá de segundo de Primaria. Se limitaría a las asignaturas no lingüísticas, como Matemáticas o Historia, y la idea es que se ponga en marcha el curso que viene en segundo y tercer ciclo de Primaria (de 9 a 12 años) y en Secundaria a partir del curso 2025-2026. También se estudiará la viabilidad de incluir posteriormente las etapas de Bachillerato y Formación Profesional.
Más problemas
Sobre las dificultades para hacer los desdoblamientos en función de las materias que se elijan en una lengua u otra, el conseller respondió que el plan se orienta a centros «que tengan más espacio», si bien «ya se verá» porque habrá que determinar cómo desarrollarlo y «no se hará nada de espaldas a la comunidad educativa». De esta manera, el plan, en la práctica, estará restringido a los centros que tengan mucho espacio, puesto que el hecho de desdoblar requerirá ocupar más aulas, y la mayoría de colegios e institutos de Baleares tienen muchos problemas en este sentido. Esto dificulta que se pueda llevar a cabo; además, el propio conseller dijo que no podrán acogerse al plan todos los centros porque deberán de cumplir ciertos requisitos todavía por definir. «No es café para todos», llegó a afirmar Vera, señalando, incluso, que «los centros que quieran continuar como hasta ahora, pueden seguir así».