El plan antitabaco auspiciado por el exministro de Sanidad, Salvador Illa, sale del cajón al que se le condenó la pasada legislatura de la mano de la nueva titular de la cartera, Mónica García, quien ha hablado ya de regular de forma específica el vapeo dentro de la normativa del tabaco o de ampliar el veto a su consumo, por ejemplo, en las terrazas de bares y restaurantes.
Esta última medida es por todos conocida en Baleares, pues fumar en las terrazas estuvo prohibido hasta el mes de julio, cuando el Consejo de Ministros levantó todas las medidas COVID al dar por finalizada la pandemia. En su momento, la Asociación Contra el Cáncer (AECC) de Baleares propuso a los restauradores que se sumaran a la creación de terrazas sin humo y a día de hoy así lo han hecho un 15 % de los bares y restaurantes con terraza (algunos tan populares como el bar Bosch). Sin embargo, el sector está en contra de la prohibición porque «son problemas, nos enfrenta al cliente», advierte César Amable, presidente de PIMEM Restauració. «Todo lo que sea recortar libertades a nuestros clientes es complicado. En el interior se entiende porque hay niños y molesta, pero en el exterior... ¡Si la gente se ponía de pie al lado de la mesa para guardar las apariencias!», lamenta quien reniega de ejercer de policía en su propio local.
El presidente de Restauración Mallorca, Alfonso Robledo, también se muestra en contra del «prohibir por prohibir». Presume de que ya son muchos los locales que se han sumado de forma voluntaria a los espacios sin humo, sobre todo en zonas como Portals o Alcúdia. Y se congratula de que, al menos esta vez, la normativa afecte a todo el ámbito estatal y no sólo a Baleares, pues «teníamos problemas con todos los clientes nacionales».
Las libertades referidas al tabaquismo, sin embargo, están desvirtuadas si se tiene en cuenta que en las Islas fuma el 26 % de la población y, en realidad, «una minoría impone su conducta, nociva para la salud, a una mayoría», alerta José Reyes, presidente de la AECC en Baleares, quien además recuerda que el 90 % de los fumadores cree adecuado que se tomen medidas coercitivas sobre el consumo de tabaco.
Así pues, la sola idea de que se recupere el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025 «es enormemente positiva, un triunfo de los postulados que la AECC ha defendido siempre porque tenemos clarísimo el beneficio para la sociedad de la limitación del consumo de tabaco en espacios compartidos».
El doctor Reyes señala además que España tiene una de las normativas antitabaco más flexibles de Europa y es donde se vende más barato el tabaco, los que nos convierte en el estanco de la UE».