Siete años después del accidente que cambió su vida, María Reyes Cobos, una ciudadana palmesana del barrio de Foners, ha visto cómo la Justicia le obliga a pagar las costas del procedimiento iniciado años atrás contra el Ajuntament de Palma por el mal estado de la acera y del mobiliario urbano que le hicieron sufrir un percance que le ha dejado secuelas permanentes.
Y es que hace siete años, María Reyes caminaba por la calle Pérez Galdós, a la altura del número 28, donde «una pequeña alcantarilla se había hundido». Recuerda la afectada que «sin querer, metí allí el pie, se me giró el tobillo y caí sobre la mano izquierda», teniendo testigos presenciales, además de acudir asistencias sanitarias al lugar para atenderla. A consecuencia del percance, se le tuvieron que insertar tres tornillos en el pie, una prótesis y una placa en la muñeca afectada por la caída.
«Estuve una temporada yendo en silla de ruedas y tengo que usar zapatos especiales, que me cuestan un dinero... además, sigo teniendo dolor y uno de los tornillos se me sale. Me han fastidiado la vida y encima me culpan y tengo que pagar las costas», afirma decepcionada y triste por todo el camino, que acabó en los juzgados, donde no le han dado la razón ante sus demandas, aunque ha sido citada el 5 de marzo próximo para poder conocer más a fondo los detalles de la sentencia y su argumentación.
«Denuncié al Ajuntament de Palma, porque hubo un atestado y vino una ambulancia. Y tengo testigos», relata, a la vez que recuerda que, desde Cort, le dijeron que era «mi obligación conocer el lugar por el que andaba si pasaba a diario y por eso no me tendría que haber caído», espeta indignada María Reyes, que tras años de espera ha recibido un revés en los tribunales sobre una incidencia que, confiesa, «se arregló casualmente tres días antes del juicio».
«Se hizo un juicio, en el que se buscó un acuerdo, pero el abogado o el representante del ayuntamiento mostró una actitud hostil», comenta. Finalmente, la sentencia absuelve a Cort «y me hacen pagar las costas», por valor de unos 300 euros. «Es indignante», dice triste. «Me ha pasado todo esto, llevo años con dolor y problemas físicos por el mal estado de esa alcantarilla y de la acera, que en el barrio siguen estando descuidadas, y encima tengo que pagar, creo que no es justo», prosigue la afectada, que sopesa con su abogada llevar al caso ante la Defensora de la Ciudadanía del Ajuntament de Palma.
«Encima, no me dan opción a recurrir», asegura María Reyes de 63 años de edad, quien recuerda que su letrada envió un escrito solicitando acogerse a ese derecho. A la espera de saber qué camino tomar, la afectada sigue viendo afectado su día a día por aquel accidente que llegó a ojos de la por entonces regidora de Infraestructuras. «Vino por el barrio y le expliqué mi caso. Ella vio el lugar del accidente y le dijo a los que le acompañaban que había que arreglarlo, además de invitarme a denunciarlo, convencida de que iba a ganar», aunque al final la historia no ha tenido el final esperado por la víctima que, además de «justicia», reclama que «cuiden un poco más la ciudad, porque lo que me ha pasado a mí le pasa a más gente, pero no denuncian».