Los cuatro integrantes de la conocida como manada del Polígono de Llevant han comparecido este lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma como acusados de una presunta violación grupal a una menor de 14 años en 2016. Los cuatro acusados han afirmado con rotundidad no estar implicados en los hechos.
Los procesados se enfrentan a penas que suman 247 años de cárcel por la agresión sexual a una menor tutelada, en una casa. Cada uno de los sospechosos está acusado de cuatro delitos de agresión sexual, uno como autores y tres como cooperadores necesarios.
A lo largo del juicio celebrado este lunes en la capital balear los cuatro acusados han decidido responder solo a las preguntas de sus abogados. Durante los interrogatorios realizados por parte de la defensa, todos han negado su participación en los hechos que se le imputan.
La Fiscalía, además de las penas de prisión, también solicita que los implicados, tres españoles y un portugués, indemnicen a la víctima, que quedó en estado de shock y necesitó de asistencia psicológica, con 100.000 euros. Los hechos habrían tenido lugar en la vivienda de uno de los jóvenes, que estaba ocupando de manera ilegal. Los acusados, en compañía dos menores, entraron en una habitación donde se encontraba la chica con uno de los adolescentes. Este los echó y cerró la puerta con pestillo.
A pesar de ello, los jóvenes forzaron la puerta con un palo y lograron entrar en la estancia. Una vez en el interior obligaron a la adolescente a mantener relaciones sexuales con todos. A pesar de los intentos por resistirse, la acusación pública señala que la perjudicada optó por una «actitud de sometimiento» por la situación generada en la habitación. La magistrada decidió escuchar la declaración de la víctima a puerta cerrada por preservar la intimidad de la misma tras pedirlo previo al juicio.
Al parecer, uno de los implicados conocían a la víctima de su estancia en Es Pinaret. Además, ha afirmado que en el centro de mantenían relaciones sexuales «con quien quería», pero ha negado haber «forzado a nadie». Uno de los procesados tuvo que abandonar la sala durante su declaración tras sufrir una indisposición debido a los nervios y la tensión que se ha vivido en el procedimiento.
Tras la declaración de la perjudicada a puerta cerrada, ha comparecido a través de videoconferencia el padre, que entre lágrimas ha comentado como se enteró que su hija había sido agredida sexualmente. «Su abuela me dijo que la niña estaba rara y yo me encontré su móvil donde había un mensaje en el que le decían que cuál de los siete les gustó más».
Durante esta intervención, uno de los acusados volvió a salir de la sala por una indisposición. Este hecho, ha supuesto la suspensión del proceso, que tiene previsto seguir el viernes 10 de mayo.