El Govern ya ha pagado los 96 millones de indemnización a Matthias Kühn por la urbanización Muleta II en Sóller. Sin embargo, el dinero no se ha movido. Está retenido en la cuenta de consignaciones del Tribunal Superior de Justicia a la espera de destinarlo primero a pagar las deudas de las múltiples sociedades del empresario alemán.
La Sala de lo Contencioso del TSJIB adoptó la decisión de congelar los fondos y aguardar la decisión que tome el Juzgado de lo Mercantil 1 de Palma, que es el que tramita los concursos de acreedores vinculados al grupo de Kühn. La indemnización formalmente le corresponde a una de las sociedades del grupo, Birdie Son Vida, que era la propietaria de los terrenos de Sóller que fueron desclasificados y que ha obligado al pago por parte de la administración.
El procedimiento habitual hubiera sido que el TSJIB, una vez que tenía a disposición los fondos, los hubiera traspasado a la sociedad para que el administrador concursal liquidara el concurso en el que resta una deuda de alrededor de cuatro millones de euros. Sin embargo, la complejidad de la maraña empresarial de Kühn, con alrededor de 25 empresas bajo el paraguas del grupo y con más de la mitad de ellas en concurso, convierte en mucho más complicado decidir el futuro de esos fondos. Las sociedades tienen participaciones cruzadas, por lo que el juzgado de lo Mercantil debe decidir cómo afrontar este reparto y liquidar las distintas deudas.
En paralelo a los concursos de acreedores, Kühn está pendiente de lo que ocurra en otro frente judicial antes de poder disfrutar de la indemnización: el penal. Un juzgado de Palma mantiene abierta la investigación por alzamiento de bienes contra el empresario al que se responsabiliza de ocultar fondos para evitar pagar una deuda de más de trece millones de euros a Hacienda.
En la querella de la Fiscalía contra el empresario se recoge también una maniobra para dejar fuera del alcance del fisco los 96 millones de euros de Muleta. La titular de ese derecho de compensación, Birdie Son Vida era propiedad de otra mercantil del grupo de Kühn. Sin embargo, en el año 2021 fue vendida, con permiso del administrador concursal a otra mercantil. Según la querella, lo que ignoraba el entonces responsable de la empresa es que, en realidad, los compradores eran los dos hijos del empresario, también investigados en la causa y que se nombró como administrador de esa firma al hijo de la mujer de Kühn: Norma Duval, que figura en la causa como posible partícipe a título lucrativo de los negocios de su marido.
El apunte
Pendiente de que analicen su teléfono móvil
El procedimiento penal está pendiente de que la Agencia Tributaria analice los datos obtenidos del teléfono móvil y los ordenadores de Kühn tras el registro que se llevó a cabo en su domicilio en Palma el pasado mes de marzo. Hacienda le reclama una deuda de trece millones de euros, parte de la cual forma también parte del pasivo de los concursos de acreedores en los que se encuentran sus empresas. La inyección de los 96 millones a los concursos permitiría saldar todas las deudas acumuladas por el empresario.