Entre finales de 1942 y principios de 1944, más de doscientos presos del franquismo trabajaron en las obras de construcción del Canal de Olaberría, en Irún (Guipúzcoa). Entre esos trabajadores se encontraban tres presos de Baleares: Agapito de Novo Florit, zapatero de 31 años de edad, de Ciutadella (Menorca); Vicent Marí Ferrer, marinero y labrador de 29 años de edad, de Sant Carles de Peralta (Eivissa); y Bartomeu Roig Escandell, marinero también de 29 años, del Pilar de la Mola (Formentera). Roig estaba afiliado a la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT).
El proyecto de canalización en Olaberría fue llevado a cabo por Ferrocarriles y Construcciones ABC, una empresa que disponía de seis destacamentos penales en Guipúzcoa y al menos otros cinco en otras provincias. Las obras fueron costeadas por el Ministerio de Obras Públicas con la aportación del 20% de la Diputación de Guipúzcoa.
Estos presos se vieron forzados a trabajar en el contexto de la Redención de Penas por el Trabajo, un sistema implantado en 1938 y gestionado por un patronato que, en 1943, llegó a emplear más de 15.000 reclusos en 121 destacamentos penales.
En el Destacamento Penal de Irún trabajaron presos procedentes de treinta y cuatro provincias españolas, con una mayoría de andaluces, extremeños y asturianos. Entre ellos, los tres mencionados de Balears. Todos estos datos aparecen en el libro A pico y pala. Trabajos forzosos en Gipuzkoa. Destacamento Penal de Irun (1942-1944), obra de Aiala Oronoz y editado por la Asociación Republicana Irunesa Nicolás Guerendiain.
A iniciativa de la mencionada asociación, el Ayuntamiento de Irún colocó un panel informativo sobre los presos que trabajaron en la canalización de Olaberría. En el panel se puede ver, además de un texto informativo y varias fotos, los nombres de todos los presos que trabajaron en esta obra y su procedencia provincial. En el apartado Islas Baleares aparecen los nombres de Agapito de Novo Florit, Vicente Marí Ferrer y Bartolomé Roig Escandell.
Los tres fueron condenados, todos ellos una vez concluida la Guerra Civil, por el consabido delito de adhesión a la rebelión, que era la tipificación a la que recurría el franquismo para juzgar y sentenciar a toda persona de ideología republicana. Los tres compartieron delito, pero no condena. El ibicenco Marí y el formenterense Roig fueron condenados a 30 años de prisión, y el menorquín de Novo, a 20 años y un día. Roig fue condenado el 11 de julio de 1940, en Palma y por consejo de guerra. Marí recibió su sentencia el 2 de diciembre de 1940, también en Palma e igualmente por consejo de guerra. Y de Novo fue condenado el 14 de abril de 1942, también en la capital balear.
En los primeros meses de condena, los recorridos penales de ambos fueron diferentes, pero poco a poco fueron convergiendo hasta llegar a los trabajos forzosos en Irún. Roig pasó por la prisión en Palma, el Destacamento Penal de Formentera (su isla natal), la prisión de Guadalajara (para cubrir bajas en destacamentos penales de esa provincia), la de San Sebastián y finalmente por Irún. Posteriormente trabajó en el Destacamento Penal de Rentería y se le conmutó la pena por la de 20 años de prisión. El 4 de abril de 1944 se le concedió la libertad condicional y el 21 de octubre de 1947 fue indultado.
Marí pasó por las prisiones de Eivissa y Palma antes de ser condenado. El 2 de enero de 1942 se le conmutó la pena por la de 20 años de prisión. Pasó al Destacamento Penal de Formentera, volvió a la prisión de Palma y también hizo el recorrido penal por Guadalajara y San Sebastián antes de llegar a Irún. Posteriormente, fue igualmente trasladado a Renteria, reingresó en San Sebastián, pasó por Burgos y el 9 de diciembre de 1945 fue indultado y puesto en libertad.
Finalmente, de Novo pasó por las prisiones de Palma y Menorca, y por la cárcel militar de La Mola, también en Menorca, donde trabajó, como preso, para una empresa de calzado. Luego fue trasladado a Formentera, Palma nuevamente, Guadalajara, San Sebastián y llegó finalmente a Irún, como sus compañeros pitiusos. Al igual que Roig y Marí, pasó luego a Rentería y el 2 de marzo de 1944 obtuvo la libertad condicional.