Los dos sindicatos presentes en la Mesa de negociación del convenio de hostelería UGT Illes Balears y CCOO Illes Balears, afrontan divididos y con evidente tensión entre ambos, un mes de junio clave para cerrar el convenio laboral más importante del archipiélago, que regula las condiciones laborales de unos 180.000 trabajadores.
Tal y como publicó este diario, CCOO se ha sumado a la protesta convocada para el 6 de junio frente a la sede la FEHM (12h) por el convenio de hostelería a pesar de estar «muy molestos» con UGT por no haberles comunicado previamente el calendario de movilizaciones. También les recriminan su negativa a aumentar el número de reuniones de la Mesa del convenio y agilizar las negociaciones para llegar a una acuerdo lo antes posible una vez ya ha comenzado la temporada.
Casi dos semanas después del anuncio de movilizaciones por parte de UGT, incluida una posible huelga el próximo mes de julio, el presidente de la Dirección de la Federació de Serveis de CCOO Illes Balears, Héctor Gómez, lamenta que nadie de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT que lidera Jose García Relucio haya contactado con ellos. «No he hablado con él ni nadie de UGT se ha puesto en contacto con nosotros», afirma, y añade que esta falta de comunicación «es muy negativa para la imprescindible unión sindical que requiere la negociación de un convenio de esta importancia».
UGT es el sindicato mayoritario en el sector y cuenta con el número suficiente de delegados como para pactar el nuevo convenio únicamente con la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), mayoritaria entre las patronales. Gómez reconoce la legitimidad de la organización sindical para tomar sus propias decisiones, si bien acusa a UGT de estar utilizando «los derechos de los trabajadores como «arma política arrojadiza, no solo contra la patronal, sino también contra CCOO e incluso en clave interna en su propio sindicato». Respecto a la posibilidad de huelga este verano, Gómez considera «populista» el anuncio de UGT y duda de que se lleve a efecto: «la federación de servicios de UGT está dividida con esta cuestión y tampoco cuenta con el apoyo de su propia confederación para llevarla a cabo», explica.
Comisiones Obreras considera que una paralización del sector no beneficia a nadie: «Patronal, trabajadores y sindicatos perdemos dinero, a lo que hay que añadir el desgaste organizativo que supone». Aún así, no renuncian completamente a la vía de la huelga. «Es un último recurso y no lo descartamos, pero todos debemos ser socialmente responsables», sostiene.
El próximo 10 de junio, con la reunión de la subcomisión negociadora, se vivirá un momento clave en la negociación del convenio, según el dirigente sindical: «allí se comprobará la voluntad real de llegar a un acuerdo de cada una de las partes. Según como vaya esta reunión no descartamos convocar concentraciones o paros parciales».
Gómez ve «complicado pero no imposible» cerrar el nuevo convenio de hostelería en la última reunión programada para el 26 de junio. Y asegura que CCOO hará todo lo posible para conseguirlo: «Nuestro único interés son los derechos de los trabajadores. El convenio ya está desactualizado y no nos vale que se pague el aumento salarial con efectos retroactivos si se llega a una cuerdo: los trabajadores necesitan cobrar el aumento ahora, porque el coste de la vida sigue subiendo y el dinero se devalúa con el tiempo».
Desde CCOO consideran que la falta de unidad sindical, en un contexto de tensión social y presión económica, no ayuda a desbloquear una negociación vital para uno de los sectores clave de la economía balear.
Beneficios estratosféricos
Gómez rebate las declaraciones de la vicepresidenta ejecutiva de la FEHM, Maria José Aguiló, cuando asegura que los sindicatos confunden facturación con rentabilidad a la hora de pedir aumentos salariales: «Que no engañen. Los beneficios hoteleros de los últimos tres años son estratosféricos, solo hace falta comparar las subidas salariales con la de los precios de las habitaciones. Toca repartir con las personas trabajadoras».
Los sindicatos en busca del protagonismo perdido. Bueno, de la credibilidad también.