Los dietistas-nutricionistas de Baleares están preocupados por el impacto que tiene en la salud el encarecimiento de la cesta de la compra. «Es más barato comprar comida basura que fruta», lamenta el presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Baleares (Codnib), Manuel Moñino. Los alimentos se han encarecido un 33,7 % en Baleares desde la pandemia de la COVID-19, es decir, en los últimos cinco años, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Por citar un ejemplo, los plátanos de Canarias se pagan estos días a unos 4 euros y en algunos establecimientos, incluso, los superan. No es el único caso, hasta hace poco los huevos se convirtieron en protagonistas de la actualidad, ya que su precio se disparó. Llegó a estar sobre la mesa del presidente de EEUU, Donald Trump, ya que había escasez y se llegó a pagar cinco dólares por una docena (4,41 euros, aproximadamente, en función de la cotización de las citadas monedas). Antes fue el aceite de oliva, que pasó a conocerse como el oro verde y en muchos supermercados estaba con collarines antihurto.
Esto ha llevado a muchas familias a modificar sus hábitos de alimentación, ya no sólo las vulnerables, sino también muchas de clase media. Por ello, los nutricionistas lanzan la voz de alerta, ya que sustituir la dieta mediterránea por productos ultraprocesados tiene consecuencias muy negativas para la salud.
Afortunadamente, los supermercados son conscientes de esta problemática y cada vez son más las empresas que están poniendo en marcha iniciativas para mejorar los hábitos de consumo. Por ejemplo, Mercadona explica que tiene un estrategia para facilitar una alimentación saludable mediante la que están llevado a cabo seis acciones. «Una es la exhaustiva revisión de la composición de los productos de la mano de sus proveedores especialistas para mejorar, siempre que sea posible, su valor nutricional». Otra es la mejora del etiquetado para facilitar la lectura de los valores nutricionales y las cantidades de nutrientes. El resto de acciones se concretan en la presentación de productos en formatos por porciones; más prácticos, que faciliten su consumo dentro y fuera de casa; y productos con etiquetados que incluyen información útil sobre distintas formas de cocinado de los alimentos (plancha, horno, vapor, freidora de aire, etc.).
Desde Eroski resaltan la implantación del sistema de etiquetado nutricional avanzado Nutri-Score en los productos de marca propia y aseguran que «ha favorecido la toma de decisiones de compra más saludables y ha impulsado una mejora sostenida en la calidad nutricional de la cesta. También seguimos mejorando nuestros productos con la reducción de grasa saturada, sal y azúcar, reformulando las recetas para lograr un mejor perfil nutricional».
Por su parte, Lidl destaca su alianza con WWF para impulsar la alimentación consciente y saludable en España y otros 30 países. En concreto, se compromete a ofrecer un 20% de alimentos de origen vegetal en todo su surtido hasta 2030 y resalta iniciativas llevadas a cabo como «la reducción de sal y azúcar en su surtido, la ampliación de productos integrales, su oferta de productos vegetarianos y veganos bajo la marca Vemondo, y, para 2026, la implementación total del etiquetado Nutri-Score en todos sus productos».
Especial preocupación por los niños
El presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Baleares resalta su preocupación por la alimentación de los niños, ya que «hay determinados productos dirigidos al público infantil y juvenil con un marketing muy agresivo en televisión y redes sociales, que son de muy baja calidad nutricional pero que los comercializan como si fueran saludables, cuando realmente no lo son. De hecho, en general, una dieta es más saludable cuanto menos alimentos que salen en la televisión, incluye». A su modo de ver, «las administraciones deben tomar carta en el asunto y regular la publicidad alimentaria dirigida a niños, como ya se hace en otros países de nuestro entorno. Cuando este tipo de políticas se aplica, el consumo de alimentos insanos, desciende».
Algunas empresas también están empezando a tomar conciencia de esta problemática y están adoptando medidas. Así, Lidl ha decidido eliminar los elementos visuales dirigidos a niños en los productos de su marca propia con menor perfil nutricional. La citada cadena de supermercados, que ya ha retirado el marketing infantil de más de medio centenar de artículos, «se compromete a extender esta medida hasta superar los 60 artículos marca de distribuidor para enero de 2026. Esta política contempla la retirada de elementos visuales diseñados para atraer la atención del público infantil, como personajes animados, colores llamativos o nombres lúdicos que no reflejan con precisión la naturaleza del producto», explican.
'Cesta básica de alimentos saludable y sostenible'
Moñino insta a los diferentes gobiernos, con competencias en este asunto, a tomar las medidas pertinentes para evitar que las familias sustituya los productos saludables por la conocida como 'comida basura'. «Es muy importante que se tomen este tema en serio y que pongan en marcha una 'cesta básica de alimentos saludable y sostenible', que contenga medidas como la eliminación del IVA a los productos básicos de la alimentación entre otras medidas fiscales y de salud pública para luchar contra la inseguridad alimentaria», reivindica.
Además, resalta la importancia de formar a las familias en hábitos alimentarios saludables, ya que así podrán identificar las alternativas para sustituir los alimentos que suben de precios por otros similares, pero más económicos, sin poner en riesgo la calidad de la dieta. «A veces hay subidas puntuales de precios. Por ejemplo, si los plátanos de Canarias están muy caros, puedes comprar naranjas o nísperos, que ahora están en temporada», expone.
El presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Baleares precisa que hace tiempo que están preocupados por este asunto, pero admite que los alimentos básicos de la cesta de la compra acumulan tantas subidas que cada vez afecta a más familias de Baleares.
Que la gente como toda la basura que quiera, que fumen y beban lo que quieran que para eso está la sanidad pública que pagamos entre todos y todo lo soporta. Para que informar a nadie, para que gastar dinero en educación ambiental o sanitaria si el estado luego ya lo soporta todo? Quien me va a decir a mi a la velocidad que debo yo conducir? Pues eso, gas y champán...