El Govern reactiva su plan de choque económico para proteger a las empresas del archipiélago frente al nuevo arancel del 15% acordado entre Estados Unidos y la Unión Europea, que afectará directamente a productos clave de exportación.
El plan, dotado con 6 millones de euros, fue presentado el pasado mes de abril y el Govern lo puso en cuarentena cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un periodo de tres meses para negociar los aranceles con UE. Contempla medidas inmediatas dirigidas a mitigar el golpe económico y su ejecución depende de que Bruselas flexibilice la normativa europea de minimis que limita las ayudas públicas a empresas.
Este plan prioriza tres ejes de actuación: ayudas directas a la competitividad industrial (3,5 millones); la promoción del producto local (2 millones de euros) y un nuevo servicio de asesoramiento para la internacionalización empresarial (0,5 millones).
El Govern insiste en que, para aplicar con eficacia estas medidas, especialmente las ayudas directas a la competitividad industrial, es imprescindible que la Comisión Europea suspenda la regla de minimis, ya que impide conceder ayudas proporcionales al sobrecoste que supone para las empresas insulares competir en mercados internacionales. «Es el momento de dar este paso», subrayan desde el ejecutivo autonómico, «especialmente en una situación extraordinaria como esta, derivada de políticas comerciales ajenas a la UE». En el contexto de las ayudas estatales de la UE, la regla de minimis se refiere a un limite máximo de ayuda económica que una empresa puede recibir de un estado miembro sin que esta ayuda sea considerada una distorsión significativa de la competencia en el mercado único
En general, el grado de exposición de los productos de las islas a la medida arancelaria acordada entre Estados Unidos y la Unión Europea es relativamente baja. Pero si bien el impacto macroeconómico sobre el total de exportaciones es limitado, ya que sólo entre el 1,5% y el 2% de las ventas exteriores de Baleares van a Estados Unidos, el daño sectorial sobre determinados productos puede ser profundo.
Según datos de la Dirección General de Economía y Estadística, el arancel del 15% podría reducir en hasta un 13% la facturación de las empresas exportadoras si se mantiene el volumen de ventas. Esos mismos datos cuantifican en 2,8 millones de euros el impacto en las exportaciones de Balears respecto a Estados Unidos si el incremento arancelario es asumido en su totalidad por el empresario.
Entre los sectores más afectados destacan el de la goma de garrofín, que ha generado 48,1 millones de euros en ventas a EE. UU. en los últimos seis años (17,4% del total), y el calzado, con 34 millones de euros. Estas dos partidas representan casi un tercio de todas las exportaciones baleares al mercado estadounidense desde 2017. También se verán perjudicados otros productos como vino, queso y productos lácticos, jabones y joyería.
Más allá de los bienes, el Govern alerta de posibles efectos indirectos graves, tanto por la competencia de otros países afectados por los aranceles que buscarán mercados alternativos al estadounidense, como por las repercusiones en el sector turístico. «Nos preocupa especialmente cómo estas políticas arancelarias puedan influir en los países emisores de turistas europeos, como Alemania, Reino Unido, Italia o Francia», señalan desde el Ejecutivo. Estos países representan el 70% del turismo en Baleares, por lo que una caída de su capacidad económica afectaría al principal motor de la economía insular.
Desde el anuncio de EEUU de establecer aranceles, el Govern ha mantenido reuniones con los principales sectores afectados y reclama una respuesta coordinada entre Bruselas, el Gobierno central y las comunidades autónomas. Además de las medidas urgentes, el Govern considera imprescindible seguir avanzando en reformas estructurales como la digitalización, la simplificación administrativa y la modernización industrial, que buscan reforzar la competitividad del tejido empresarial balear ante un contexto internacional cambiante.