«Alexa, ¿Quién es Trueno?», pregunta Lía. «Mateo Palacios Corazzina, conocido por su nombre artístico Trueno, es un rapero, cantante y compositor argentino», responde Alexa. Lía es uno de los 500 usuarios que participan en Baleares en el programa ‘Voces en red’, de la Cruz Roja; un proyecto en colaboración con la Fundación Amancio Ortega que consiste en distribuir dispositivos inteligentes de voz entre personas mayores de 65 años en situación de soledad no deseada.
Este asistente personal funciona como la conocida ‘Alexa’, de hecho, también hay que llamarlo así para que el aparato responda. La diferencia es que estos dispositivos están configurados con un programa informático propio de la Cruz Roja: «Configuramos cada dispositivo y lo personalizamos con los datos de cada usuario, que están en nuestra plataforma. Así ya sabemos que el dispositivo va en tal domicilio, con tal wifi y así podemos asociarlo para hacer videollamadas», explica Juan Miguel Bosch, técnico del programa. «Cuando está configurado con nuestra red, le ponemos el nombre del usuario y a través de la plataforma lo enlazamos con su número de usuario, dirección, teléfono. Vamos a sus casas, vemos si tienen internet y lo instalamos», añade.
Su utilización es muy intuitiva y no requiere pulsar ningún botón, excepto si se quiere silenciar. Permite bucear en internet, programas alarmas y recordatorios, hablar con otros usuarios del programa y voluntarios de Cruz Roja. Para aprender a utilizar el aparato la entidad organiza talleres con los nuevos usuarios para que aprendan las funciones del dispositivo. Araceli Pacora tiene 18 años y es voluntaria desde hace poco más de un mes. «Hasta ahora he estado ayudando un poco a mi otra compañera pero como ahora no está, por las vacaciones, estoy haciendo yo las videollamadas», dice.
Araceli va una vez a la semana a la sede de personas mayores de la Cruz Roja y llama uno a uno con el dispositivo a los usuarios que tiene ese día en la lista. El primer nombre de la lista el día que la entrevistamos es Francisco. Francisco vive solo y no suele tener con quien conversar, por eso cuando Araceli marca él se pone muy contento y habla por los codos. Cuenta que lo que más le gusta de Alexa es pedirle que le ponga música, Elthon John es su favorito. «Suelo llamar a unos ocho usuarios cada semana y conversar con ellos unos ocho minutos. Me cuentan su día, si han salido, han ido al médico o qué están cocinando. En general están muy agradecidos con Cruz Roja, me dicen que están muy contentos y satisfechos con Alexa», apunta Araceli. Cuando marca a Francisco lo primero que hace él es dar las gracias a la entidad.
Lía y Cristina tienen 82 y 70 años, respectivamente. Lía tiene su dispositivo Alexa desde hace unos cuatro años: «Lo utilizo para un montón de cosas. Me enriquece intelectualmente. Le pido que me lea libros porque ya no veo muy bien. También me gusta escuchar ‘podcasts’ y pedirle recetas», dice.
Cristina lo tiene instalado desde hace dos meses: «Yo no conocía esta Alexa, fue Lía la que me habló de ella», explica, pues ambas viven en el mismo edificio. «Me interesa mucho una aplicación que tiene de gimnasia para personas mayores y me quiero juntar con más vecinas para hacer los ejercicios juntas».
«También me gusta mucho escuchar música. Según el estado de ánimo le pido de un género u otro. Hay días que prefiero tangos y otros algo más tranquilo. Tiene la comodidad de que no tienes que estar buscando las canciones una a una, sino que te ofrece una lista de reproducción muy variada. Es una maravilla», asegura Cristina.
La Cruz Roja ha realizado un estudio sobre los usos que los usuarios le dan al programa. Un 81 % lo usa para entretenimiento, un 69 % para compañía, un 65 % para tareas de organización, como agendar recordatorios y un 63 % para adquirir nuevos conocimientos. En estos momentos hay distribuidos medio millar de aparatos en las Islas y el proyecto se sustenta con una red de voluntarios y equipo técnico de unas 30 personas. Esta iniciativa lleva en marcha dos años, desde 2023, y su principal objetivo es crecer en número de usuarios hasta mediados de 2026, cuando finaliza el programa.
En lo que se refiere a Baleares, la Cruz Roja se ha marcado la meta de llegar a más de 700 personas con unos 550 aparatos electrónicos. «Hay personas que se dan de baja, porque fallecen, cambian de domicilio o se van a una residencia, y el dispositivo pasa a otro usuario», detalla la responsable del área de personas mayores de Cruz Roja en Balears, Dayana Mihaylova. La organización ya ha alcanzado un 80 % de su objetivo.