Idoia Ribas (San Sebastián, 1978) ha sido una de las protagonistas de los últimos días a nivel nacional, ya que la semana pasada reveló que había recibido presiones cuando era portavoz parlamentaria de Vox en Baleares para desviar dinero público al partido, que luego se derivaba a la fundación Disenso, presidida por Abascal. Además, aseguró que el partido es «una estafa piramidal con estructura de secta» y que a su líder «sólo le interesa el dinero». En una entrevista concedida a Ultima Hora explica cómo está viviendo todo esto.
La han llamado de la dirección nacional de Vox tras las acusaciones que realizó la semana pasada?
— No, hace años que no hablo con la dirección nacional de Vox.
¿Por qué decide hacer estas revelaciones ahora y no cuando sufría las presiones para desviar dinero público a Vox?
— Porque aquí vino un señor de la dirección nacional de Vox (Ignacio Garriga) y dijo en las puertas del Parlament que yo y otras personas, que hemos salido de los grupos de Vox en toda España, somos estafadores. Nosotros reaccionamos y quisimos explicar que para nosotros los verdaderos estafadores son ellos, que están cometiendo una estafa política.
La actual portavoz parlamentaria de Vox la ha instado denunciar la financiación de Vox, ¿lo hará?
— Nosotros no entramos a valorar si la financiación de Vox es ilegal o legal, hablamos en un plano político en todo momento. Lo que es una estafa política es predicar que no vas a nutrirte de subvenciones públicas y luego hacerlo. Además, no sólo eran los partidos políticos, también los sindicatos y la patronal; esto era lo que decía Vox que iba a eliminar. Yo negocié un presupuesto con el PP, en el que eliminamos al 100 % las subvenciones a sindicatos y patronal y al poco tiempo el grupo parlamentario de Vox pasó de ingresar un 10 % al partido al 50 %.
Estuvo menos de un año como portavoz parlamentaria de Vox.
— Sí, la dirección nacional del partido no paró hasta que consiguió que la mayoría del grupo apoyasen a otra portavoz.
¿Por qué no se fue antes?
— Porque he estado luchando desde dentro de Vox para poder recuperar el proyecto original, pero las presiones han sido brutales. Por eso estuve en la manifestación de Barajas y por eso me he asociado con otras personas que están en la misma situación que yo en toda España y hemos montado la asociación Avanza en Libertad.
¿Se siente decepcionada?
— Muchísimo.
¿Con Santiago Abascal?
— Sí, claro, el único responsable del partido es Santiago Abascal. Los afiliados eligen cada cuatro años al presidente nacional y él escoge a todo el mundo y así como los nombra, los puede cesar a los cinco minutos. Por tanto, no pueden haber ninguna discrepancia interna porque cualquiera que manifieste una opinión que vaya en contra de lo que quieren el líder y sus cuatro personas de su máxima confianza se arriesgan a ser cesados y eso es lo que está pasando.
El jueves pasado dijo que a Abascal sólo le interesa el dinero.
— Claro, mi experiencia personal es que hay presiones para que se envíe dinero de los grupos hacia el partido, pese a que Vox decía que no iba a ser como el resto y no iban a nutrirse de dinero público.
También denunció que el dinero se envía del partido a la fundación Disenso, «presidida de forma vitalicia por Abascal».
— Sí, es público y notorio y está publicado que ha habido transferencias: unos dicen 7 millones, otros 10 millones en los últimos cuatro años desde el partido hasta la fundación, que es legal y está contemplado en la ley de partidos. Por eso, Agustín Buades y yo (diputados no adscritos) hemos presentado una proposición no de Ley al Parlament para instar al Gobierno de España a modificar la Ley de Partidos para que los fondos públicos destinados a los grupos políticos en las instituciones se destinen exclusivamente a sus gastos de funcionamiento y no a financiar a los partidos políticos.
¿Cree que la apoyará algún partido?
— Vox debería hacerlo porque es lo que defendía.
También aseguró que Vox era una estafa piramidal con estructura de secta.
— Es una forma de resumir lo que está ocurriendo, cuando hay una estructura que se dedica a vender unas políticas que no aplica, es evidente que es una estructura piramidal y en la cúpula está el señor Abascal. La estructura de secta es porque todas las decisiones le corresponden al señor Abascal y todo el mundo está sometido a lo que él considere en todo momento.
Algunos dicen que Vox está en el yunque, ¿usted ha visto algo?
— No.
¿Cuándo comienza a darse cuenta de que Vox no es cómo usted pensaba?
— Cuando empieza la legislatura y me doy cuenta de que están negociando un acuerdo con el PP a la baja. Hubo un momento en el que me negué a firmarlo sino se incluía la libertad de lengua en todas las etapas educativas. Al final lo conseguí, pero de derogar el decreto de mínimos u otras cuestiones no había ni rastro y yo le manifesté a la persona de la dirección nacional con la que hablaba que ese acuerdo nos podía perjudicar, que los votantes no lo iban a entender, pero no me hizo caso. Lo que hice fue intentar estrujar al máximo ese acuerdo.
¿No pudo hablar con Abascal?
— Abascal no habla con nadie, que yo sepa, no tengo ni su teléfono.
¿Nunca ha hablado con él?
— No, yo con Abascal he coincidido un par de veces en comidas informales. La única vez que tuve una reunión de trabajo con él, en Madrid, fue a principios de legislatura y solamente habló él para decir que no quiere baronías en las provincias. Puso algunos ejemplos de personas que él consideraba que habían ido por libre y ya no estaban en el partido. Después entró la prensa, hizo fotos, se fue la prensa y se fue Abascal; nadie pudo intervenir.
¿Tiene miedo?
— No, yo miedo no tengo, cuando uno va con la verdad por delante no hay nada que temer. Vox prometía unas cosas que no está cumpliendo y eso es lo que he dicho.
Las encuestas dicen que Vox mejora.
— No todo el mundo tiene toda la información; en política a veces las personas votan al menos malo o a unas siglas sin tener toda la información. Yo sé lo que hay y tengo la obligación de decirlo, porque he contribuido a que esté donde está, pero me he dado cuenta de que es una estafa política.
¿No cree que ha tardado mucho?
— He estado todo lo ágil que he podido. Me enfrenté desde el primer momento, yo era portavoz del grupo y podría haber mirado para otro lado y seguiría en el cargo, pero no lo hice. Cada vez que han surgido cosas las he expresado. Abascal dice que está en contra de los independentismos pero está aliado con los independentistas flamencos, etc. Cada vez que se han ido alejando del manifiesto fundacional de Vox he luchado desde dentro del partido, pero las presiones han sido brutales y cuando vi que no se podía reconducir, porque en 2022 eliminaron todas las elecciones, internas, es imposible que surja ningún liderazgo.
¿Qué futuro le augura a Vox?
— Creo que es posible que crezca y que, incluso, pueda gobernar España con Feijóo; pero si no tiene estructura las siglas solas no se sostienen y acabará cayendo, cómo le pasó a Ciudadanos.
¿Avanza en Libertad se presentará a las próximas elecciones?
— No, somos una asociación civil que empezamos en Baleares hace un año y medio y estamos implantados ya en Castilla y León, Aragón, Asturias, Madrid y Barcelona; nuestra intención es seguir creciendo. Intentamos influir en la política y apoyaremos a la opción política que se ajuste más a nuestros principios y valores.
¿Idoia Ribas no se presentará a las próximas elecciones?
— Lo veo muy improbable.
¿Su etapa política ya ha finalizado?
— Lo más seguro es que sí.
¿Y en otros partidos, como el PP?
— No lo contemplo.
LluísÉs una trànsfuga de cap a peus. Discrep per tot lo ja dit. Perquè segons es diccionari jurídic més especialitzat " Diccionario panhispánico del español jurídico", publicat per sa mateixa Reial Acadèmia Espanyola un tránsfuga és “Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido". I perquè segons sa Gran Enciclopèdia Catalana a sa seua tercèra accepció, que és sa política, diu, "trànsfuga Política Persona elegida en les llistes d’un partit que no abandona el càrrec després de separar-se del partit que el presentà com a candidat."