La madrugada del pasado domingo 30 de noviembre un hombre de origen colombiano y 31 años de edad esperó a su expareja a las puertas de una finca en Costitx y la apuñaló varias veces en el cuello. La víctima, una joven española de 35 años de edad, fue trasladada en estado crítico al Hospital de Son Espases, donde permanece ingresada en la UCI. Su agresor, Héctor Andrés D., fue inmediatamente detenido por su acción y a la vez, también trasladado a un centro hospitalario, ya que tras el intento de asesinato a su exnovia se acuchilló en el cuello con la misma arma blanca.
Eran las 05:15 horas de la madrugada y la fiesta de cumpleaños que se estaba celebrando en el interior de una finca se encontraba en su máximo apogeo. Un grupo de amigos disfrutaba en la casa, que contaba también con un jardín exterior. A la salida, varios coches aparcados y un elemento discordante: La expareja de una de las invitadas a la celebración, se ocultaba en la oscuridad.
La joven, ajena a lo que estaba a punto de acontecer, salió al exterior. Sus amigos escucharon un estruendo: el cristal roto de la ventanilla de un coche y un claxon desesperado. Al llegar a la zona de aparcamiento, la escena era aterradora: el agresor había irrumpido en el vehículo donde ella estaba, golpeando primero la puerta con una piedra de grandes dimensiones y abalanzándose sobre la víctima para apuñalarla de manera reiterada en el cuello.
Uno de sus amigos se lanzó sobre el agresor y el otro consiguió sacar a la mujer del interior del coche. La violencia del momento, el forcejeo y el caos apenas les permitieron reaccionar, pero lo hicieron. «Si no llegamos a oír el claxon, la hubiéramos encontrado muerta dentro del coche», contaba uno de los testigos, aún con la voz temblorosa.
La rápida intervención de los dos amigos fue decisiva; además del resto del grupo que salió al exterior poco después. Mientras taponaban las heridas, llamaron con urgencia al 112. El agresor, al ver que ya no podía huir, comenzó a acuchillarse a sí mismo y terminó arrojándose de espaldas desde un pequeño muro, quedando inmóvil hasta la llegada de la Guardia Civil.
La víctima fue intervenida de urgencia en Son Espases. Su pronóstico, aunque grave, ha evolucionado favorablemente y se encuentra estable dentro de la gravedad, aún ingresada en la UCI. Su entorno, compañeros de trabajo y amigos han estado pendiente de cada parte médico.
El agresor, Héctor Andrés D., es un joven de 31 años residente en Alaró, conocido por su actividad como DJ en locales de la zona. La noche del sábado, horas antes del ataque, había estado pinchando en un bar del municipio. Sobre él pesaba una orden de alejamiento desde el pasado 19 de septiembre, tras una denuncia presentada por la propia víctima. Además, fuentes cercanas a la investigación señalan que años atrás habría estado implicado en otro episodio violento que terminó con una condena por intento de homicidio.
Tras autolesionarse esa madrugada, su estado empeoró en el hospital de Inca y tuvo que ser trasladado a Son Espases, donde permanece custodiado por la Policía Nacional.
Condena y apoyo comunitario
El ataque ha sacudido profundamente a Costitx, Alaró y al entorno laboral de la víctima. En el colegio Sant Francesc d’Assís de es Pil.larí, donde la joven da clase desde hace nueve años, se vivió una de las concentraciones más emotivas registradas en la comunidad educativa. La directora, quebrada por las lágrimas, leyó un manifiesto de apoyo en el que aseguró: «No estás sola. Te acompañaremos en cada paso».
Sus compañeros, enlazados en una fila y rodeados de vecinos, mostraron el cariño hacia la mujer a la que muchos describen como «la sonrisa del colegio». Los niños de cuatro años, ajenos a la magnitud del suceso, han enviado dibujos para su profesora: «La profe está malita, pero se va a recuperar», les han explicado.
En Alaró, más de 500 personas se reunieron frente al ayuntamiento para condenar la violencia machista con un mensaje contundente: «Aún queda mucho trabajo por hacer». El dolor, la impotencia y la rabia de un pueblo entero se hicieron visibles en una concentración que, cinco días después del Día Internacional contra la Violencia de Género, recordó que la amenaza sigue siendo real y cotidiana.
El intento de asesinato de Costitx es una historia de horror, pero también de supervivencia gracias a la valentía de unos amigos que no dudaron en arriesgar su vida. Es la historia de una mujer que lucha por recuperarse y de dos pueblos que se han unido para sostenerla emocionalmente. Una historia que vuelve a recordarnos que la violencia machista no es una estadística: es una amenaza constante, real y cercana.
El maltratador debería llevar un chaleco o algo asi cuando va por la calle que lo ponga, maltratador. Para que todo el mundo lo pueda saber.