La presidenta del Govern, Marga Prohens, ha loado el tradicional mensaje de Navidad del Rey Felipe VI y ha interpretado una llamada a la convivencia y a la confianza en las instituciones.
«S.M. el Rey, siempre a la altura en su mensaje de Navidad, este año en el 50 aniversario de la monarquía en España», ha señalado en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X.
«Su discurso, reivindicando el gran legado que es para todos nuestra ejemplar transición, es una llamada a la responsabilidad para trabajar por la convivencia y por la confianza de los ciudadanos en las instituciones», ha añadido.
Desde el Palacio Real, como ya ocurrió el año pasado y también en 2015, Felipe VI ha apelado a la clase política al diálogo, al respeto hacia las opiniones del otro y a la ejemplaridad en el desempeño de sus funciones, mientras que ha advertido del «hastío» ante la tensión política y la pérdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones, lo que, ha alertado, nutre a «extremismos, radicalismos y populismos».
Llevo escuchando toda mi vida los discursos de Navidad de la máxima institución del Estado. Los de Franco, con mayor o menor atención, con menor o mayor simpatía. En aquellos tiempos, claro, lo críticabamos, nos burlabamos. El famoso movimiento arriba y abajo del brazo, la famosa " unidad de destino en lo Universal", frase que por cierto, nunca entendí muy bien hasta de mayor, donde cobra todo su significado, pero podría haberlo dicho de una manera más sencilla de entender. Y lo decía por lo mismo que instaba Juan Carlos, y ahora sigue instando Felipe VI: somos un pueblo, o nación, centrifugada, pegada con silicona, que nos junta pero no resiste esfuerzos grandes. Nos queremos y odiamos unos a otros como buenos hermanos. Nunca contentos los unos con los otros, siempre sintiéndonos peor valorados por nuestro padre común, el Estado. Deseando que se muera de una vez, y al mismo tiempo, temiendo su muerte. En fin, a lo que iba, que la presentación y formulación del mensaje de este año me ha gustado: sobria, elegante, más dinámica, más funcional y más fácil de entender su hilo conductor. Y por ende, la o las preocupaciones que subyacen en la Jefatura del Estado . Qué también son las mías, por cierto