El atleta menorquín Ciceró Pascual Cardona (Maó,1983) se ha convertido en el nuevo rey de la maratón de Menorca, un maratoniano por excelencia en los dos últimos años y medio. Con la Alexandre Magne de Grecia, que corrió ayer en Salónica, son ocho ya las maratones a las que se ha enfrentado este filólogo catalán, lingüista general de formación, y corrector de profesión. Y estas, disputadas en ocho ciudades diferentes, lo que añade más mérito a su atrevimiento. Empezó en la de Calvià (2011), y siguió con Barcelona (2012), Castelló (2012), Sevilla (2013), Madrid (2013), Valencia (2013), Marrakech (2014) y la de ayer de Grecia.
Cuenta el mahonés que empezó a correr de casualidad. «Cansado de trabajar, para sacar conversación, propuse a unos amigos inscribirnos en la Cursa El Corte Inglés de Barcelona, y me dijeron que sí. Y esa carrera ya me enganchó. Poco a poco fui corriendo, hasta que medio año después conseguí unas zapatillas deportivas más especiales para estas pruebas; empecé a mejorar tiempos y aumentar distancias, y ya no paré», recuerda Pascual, que se considera un corredor «de fondo y asfalto. No me hagas ir rápido que llegaré. Mi preferencia es la maratón, la distancia en la que puedes vaciarte y no dejar de correr durante los 42 kilómetros. También me gusta hacer triatlones, aunque tengo problemas con la natación», admite.
Pascual, orgulloso de las ocho maratones a sus espaldas, desconoce si es el menorquín con más participaciones en esta compleja distancia, aunque hay otros que han participado en las internacionales que integran el denominado Grand Slam. «Ni idea. Soy independiente, no estoy ligado a ningún club, aunque podría ser que sí. Lo que no creo es que ningún menorquín haya corrido ocho en dos años y medio, que es una marca muy interesante, más por la cantidad que por los tiempos empleados en cada una. También podría ser una marca interesante el hecho que, de las ocho maratones, aún no he repetido en ninguna».
El mismo Ciceró Pascual se considera un corredor «atípico. Sé que no llevo los volúmenes de entreno que serían más adecuados. Puedo pasar más de una semana sin entrenar y luego salir a correr 30 kilómetros. Supongo que esto me hace ir más descansado. Es diferente, además, cuando se trabaja de pie o sentado el cuerpo te pide una cosa u otra. También es muy importante cuidar la alimentación y llenarse de carbohidratos los días antes de una carrera», detalla. Sin embargo, piensa que el entreno principal que hay que hacer para preparar una maratón «está en la mente. El cuerpo realmente está preparado para aguantarlo todo, pero la mente es la que nos frena en determinados momentos. Se ha de estar preparado para que la mente no te frene en los momentos de flaqueza», piensa en voz alta.
El menorquín sabe que de cada vez progresa en tiempos en las maratones, y su mejora es constante «en muchos aspectos respecto a cuando debuté el 2011. Empecé a correr con unos zapatos de fútbol sala agujereados, con más peso que ahora, controlaba el consumo de tabaco solo los días antes de las competiciones... hasta hace un año y medio que dejé de fumar definitivamente. Estoy mejor preparado, tengo más fondo, más velocidad media, más experiencia y casi la misma motivación», indica un Ciceró Pascual que corre y compite «por placer. La idea de sentirse capaz de realizar un reto y superarse, poco a poco, uno mismo. Me fijo mis propios objetivos independientemente de la posición de los otros, sino en el cronómetro, y mi idea de tiempo en función de la preparación que he hecho. Sentirse bien y disfrutar para ser feliz». Por otro lado, correr maratones, «que en Menorca no hay ninguna, implica viajar y tener excusa para hacerlo. Conocer nuevas ciudades o volver a visitar las que te han gustado, hacer turismo, etc. Incluso a veces acabas dudando de si viajas para correr o si corres para viajar», finaliza.