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Ricardo Iranzo, primer discapacitado en lograr las seis ‘Majors’

A sus 73 años y con ceguera del 77 por ciento, con casa propia y preparado en Ciutadella, zanja el círculo de maratones

El corredor discapacitado, recibiendo el último de sus metales, en la maratón de Tokyo 2025. Iranzo y las maratones, un estilo de vida, a sus bien llevados 73 años

| Ciutadella |

De Chicago 2022 a Tokyo 2025. En apenas tres años el veterano corredor ciego Ricardo Iranzo (Barcelona), de 73 años de edad y con una discapacidad del 77 por ciento, ha logrado ser el primer atleta discapacitado y además jubilado en zamparse las ‘Six Majors’, el círculo de las seis maratones más importantes del mundo.

Iranzo, que desde el 1994 veranea en Ciutadella– donde incluso tiene casa en Son Oleo–, logró completar esta inédita gesta con su última maratón en Tokyo, cerrándola con un cronómetro final de 4:36. O sea, que este ‘menorquín’ empezó su aventura maratoniana en Chicago el pasado 2022, para luego y a un ritmo de dos carreras por año, correr en Londres 2023, Nueva York 2023, Boston 2024, Berlín 2024 y Tokyo 2025.

Iranzo se convirtió recientemente en el primer deportista con discapacidad en ingresar en el codiciado ‘Hall of Fame’ de los maratones; o sea, el salón de la fama donde aparecen los nombres y resultados de todos los maratonianos que han conseguido la codiciada medalla de seis puntas que otorga ‘Abbott World Maraton Majors’, un selecto circuito mundial que reúne los seis maratones más grandes del mundo actualmente.

Palabras con emoción

Este veraneante asiduo de la Isla y de manera muy especial de Ciutadella habló ayer y entre emociones para «Es Diari», tan orgulloso como emocionado de su icónica gesta. «Siento un inmenso orgullo y satisfacción. Ha sido un camino muy duro el que he recorrido pero sin duda lo volvería a hacer», exclamaba ayer este atleta barcelonés, suya silueta se deja ver muy a menudo entrenándose por Ciutadella y especialmente por la zona de Son Oleo donde reside.

La prueba final de Japón fue, sin lugar a dudas, la más especial y emotiva para Ricardo Iranzo y por dos motivos. Primero porque cerraba el círculo de las seis grandes maratones aunque resultó, «especialmente dura esta última porque tres semanas antes de la carrera en Tokyo había fallecido mi gemelo, de un cáncer fulminante», relata el barcelonés, para el que, «más que un propósito fue un reto que me marqué a mí mismo».

Y es que como en las cinco ocasiones anteriores en las que Iranzo había conseguido ser ‘finisher’ y con nota en las otras grandes ciudades del mundo, en Tokyo Iranzo volvió a dar una ejemplar muestra de superación y de romper barreras en favor de la discapacidad. «Querer es poder y para mí el poder es intentarlo. No siempre llegas a lograr todo pero intentarlo y luchar por algo satisface y llena. En la vida hay que tener metas, cada uno con sus posibilidades», advierte, mientras saborea este particular triunfo personal y no se pone, por ahora, nuevos retos en mente de cara al futuro. «Mi reto en este momento no sabría decirte cuál sería; en todo caso, curarme de la ciática que he tenido mes y medio y sin poder casi ni caminar», nos explica Iranzo desde casa. «Ahora empiezo a salir de nuevo gracias al equipo de la Clínica Juaneda Menorca, que me está ayudando muchísimo en la recuperación».

En lo deportivo, prosigue este ejemplo de superación ‘made in Menorca’, nos avanza a este diario que, de momento, «dorsal tengo para la media y la maratón de Valencia, en diciembre, pero tal y como estoy ahora no me atrevo a asegurar que vaya a poder correr los 42 kilómetros», admite. Eso sí, con la boca pequeña por ahora y pendiente de su recuperación y progresos físicos, tendría «en mente y en un futuro, correr en Atenas, el origen de todo, aunque a mis 73 años tampoco me quiero venir arriba con grandes propósitos. Lo importante es no parar y lo que surja y pueda correr no dudes que lo haré», asegura, más vivaz que nunca.

Entrenamiento en Son Blanc

Ricardo Iranzo habla de su relación eterna con Menorca y con Ciudadella. «Esta ciudad y especialmente Son Blanc– incluido el ‘gym’ Ca Nostra– han sido muy importantes en mi preparación», abunda, como uno de los grandes secretos de poder haber alcanzado las ‘Six Majors’, a su edad y con su avanzada ceguera. «Este de Ciutadella es un circuito que conozco muy bien y que en mi situación me resulta mucho más cómodo que cualquier otro que haya probado», asevera Iranzo, un gran aficionado a todos los deportes en general y que en su última etapa se ha especializado y de qué manera en correr.

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