La temporada de verano llega a su fin con una de las pruebas más importantes de la temporada —y de su carrera deportiva— para Álex Urbina (Maó, 1989): Tor des Géants. «Siempre he buscado carreras que me motiven y hacía mucha que una no me motivaba tanto como esta», afirma. «Tal vez, hace diez años me apresuré a hacer el Ultra Trail de Mont-Blanc y no elegí bien el momento. Ahora siento que haré el Tor en el momento que toca porque tengo la experiencia y la edad necesaria para ello», señala convencido.
El Valle de Aosta (Italia) acoge a partir de este domingo la 16ª edición de una carrera cuyo recorrido alcanza 330 kilómetros de distancia y 24.000 metros de desnivel positivo. El residente en Catalunya se ha estado entrenando durante gran parte del año y todo el verano para competir al cien por cien en una prueba que requiere una gran preparación física y mental y cuya puesta a punto ha pasado por Menorca. «He aprovechado en agosto para venir a visitar a la familia y hacerme unas analíticas, además de unas pruebas de esfuerzo, porque el Tor des Géants lo desafía todo», explica.
Cambios en la preparación
Tras superar el chequeo médico sin ningún problema y seguro de estar en perfectas condiciones, el corredor menorquín echa la vista atrás para valorar las carreras que ha completado recientemente. En Verbier (Suiza), la exigente X-Alpine se le hizo cuesta arriba al sufrir a causa de la fiebre, viéndose obligado finalmente a abandonar. «No me acabé de sentir del todo bien. Tuve muchos problemas: fiebre, ganas de vomitar, debilidad en las piernas... No sé si fue producto de la altura o cierta irratibilidad a la ingesta de fructosa», señala.
Es por ello que rebajó sus niveles de fructosa y aumentó los de glucosa en las siguientes carreras del Valle de Tena y el Challenge du Montcalm (PicAriège) francés, ambas de unos 7.000 metros de desnivel positivo. Y la decisión no pudo ser más acertada.
Urbina dejó de sufrir problemas intestinales y mejoró su rendimiento de manera sustancial: sexta posición en el Valle de Tena y noveno puesto en el PicAriège. «No estoy muy fuerte pese a lo que refleja mi rendimiento, ya que tampoco he ido al cien por cien», reconoce. «Se podría decir que me he estado reservando y lo cierto es que vuelvo a tener bastante confianza», añade.
Tiempo favorable
Estas carreras de ‘apenas’ 15 horas poco tienen que ver con las 100 horas que puede suponer completar Tor des Géants, donde la meteorología puede ser un factor clave.
A priori, la lluvia solo amenazaría con hacer acto de presencia en la jornada inaugural. La evolución del tiempo debería ser favorable en los días posteriores, cerrando la carrera con un sol radiante y con temperaturas suaves, de entre 17 y 8 grados centígrados. «Pero esto sería en el pueblo. Arriba en la montaña puedes estar a 2 grados. A veces ha llegado a nevar», advierte Urbina.
Aunque las inclemencias meteorológicas le obligan a ir bien preparado, cumpliendo con la normativa de la organización, el corredor mahonés también debe buscar el equilibrio e ir lo menos cargado posible. «Te dan un macuto de 80 litros y te dicen ‘tienes que llevar esto, esto y esto’. A medida que vas pasando avituallamientos, a lo mejor te pueden decir que metas crampones porque hay nieve o que a partir de ahora vayas con pantalones largos y mallas. Está muy bien organizado», destaca.
Estudio a fondo
Con toda la ropa y el material organizado desde hace casi dos semanas, Urbina ultima los detalles de una carrera que ha estudiado a fondo durante meses a partir de ediciones anteriores.
«Hemos estado calculando la distancia entre las bases de vida. Entre algunas hay 10 horas de distancia, pero en otras estás 20 sin tener asistencia, aunque suele haber pequeños avituallamientos entremedias», indica. «Me han recomendado que en las bases de vida coma todo lo que quiera. Al final, estás tanto tiempo corriendo que no puedes autoexigirte comer cosas que no te gustan», incide siendo consciente de que lo mejor es ingerir «comida real».
Respecto a la gestión del sueño, aún no sabe qué hará: apostar por microsueños de 15 minutos, siestas largas de 5 horas o algo intermedio. «Es una carrera tan larga que es una tontería plantear una estrategia fija», remata.