Nuevo desencanto el vivido en la sesión matinal de ayer en el Pavelló de Bintaufa donde el Menorca claudicó sin remisión ante un DKV Joventut que tuvo suficiente con una buena administración de sus –ayer– limitados recursos y una defensa en zona, para salir victorioso de la Isla sin excesivas dificultades. Menos combativo que en otras ocasiones, extremadamente fallón e incapaz, el combinado menorquinista encadenó su cuarta derrota consecutiva frente a sus incondicionales.
Era una ocasión más apropiada que las anteriores para obtener un segundo triunfo en la historia de enfrentamientos frente al célebre equipo de Badalona. Pero a la hora de la verdad, la disputa fue menor porque el Joventut se mostró inasequible y tampoco Olmos halló soluciones a partir del segundo cuarto para neutralizar la defensa clásica ideada por Pepu o dar con una solución al enésimo día aciago en el perímetro. Si a ello unimos la desaparición de algunos jugadores fundamentales, caso de Donaldson que maquilló su estadística ya con el partido decidido, el deficiente rebote, las pérdidas... daremos con la explicación de esta nueva derrota ocurrida, precisamente, el día dedicado a Mallorca.
La argucia decretada por el técnico valenciano fue conceder la titularidad a Urko Otegi en detrimento de Donaldson para desgastar la batalla prevista sobre McDonald, el center de la Penya. Con Ciorciari, que no es el mismo debido a su merma física al mando, el Menorca defendió bien y atacó con tino para gobernar el marcador en los primeros 5 minutos (14-6). Pepu Hernández detuvo el choque e insistió en cargar el juego sobre Trías y McDonald. La clase del primero y los kilos del segundo equilibraron el tanteo. Urko se fue al banco con dos faltas y tampoco Caio pudo con el pívot americano de la Penya. Un triple final de Robinson consumó la remontada de los badaloneses (17-18) que ya no volverían a ir por detrás en el marcador.
El segundo acto fue una pesadilla para el grupo menorquinista. Hernández protegió su mermado potencial con una defensa en zona y sus jóvenes en pista -Homs y Tomás- que le dio felices dividendos. Continuos yerros en canastas fáciles sacaron al Menorca de la batalla tras un empate a 22 puntos. El DKV se apropió del rebote a partir de esa disposición y los de Olmos solo fueron capaces de anotar dos canastas en juego en casi ocho minutos de este segundo tramo. Un parcial de 0-9 atestiguó que la Penya galopaba a por la victoria (22-31). Olmos probó con Ciorciari y Servera al mismo tiempo. Victor dio un respiro con un par de canastas consecutivas pero la mano excelente del joven Jelinek hizo el resto tras una polémica canasta anulada al propio Victor y situar el tanteo al ecuador con un inquietante 28-38.
Y si la dificultad había aumentado para el Menorca el partido le quedó definitivamente imposible a poco de reanudarse el juego. Pepu se recreó en la zona con lo que la ausencia de tiro exterior en el bando menorquinista desequilibró la balanza todavía más en favor del DKV. Pere Tomas daba una exhibición ante Victor, y Robinson tenía la muñeca fina para anotar desde 6,75 dos triples más. Flis, que reaparecía, lo hacía con un nuevo triple en el primer balón que acariciaba. El tiempo muerto de Olmos no surtía efecto y el parcial catalán se elevaba a 4-19 con lo que la Penya se declaraba ganador del partido (40-61) a poco más de un minuto para el final del tercer cuarto.
El Pavelló ya había enmudecido para entonces. Si acaso se escuchaban tenues silbidos ante las pérdidas de balón o los continuos rebotes que se escapaban lamentablemente. De esta guisa el partido consumó su tramo final en el que otro menorquín debutó en la ACB, el joven canterano local, Alex Suárez en la Penya, aunque ahora sí, entraron los lanzamientos triples y Donaldson saneó sus números para aminorar la desventaja final que, en todo caso, denuncia un juego menor y una clasificación prevista pero no por ello menos preocupante a estas alturas de Liga.
"No hemos aprovechado el tirón del primer cuarto para abrir brecha"
Paco Olmos consideró que su equipo había encarado el partido con acierto pero su desarrollo le llevó a una nueva derrota. "El enfoque era el correcto pero no hemos aprovechado el tirón del primer cuarto para abrir más brecha. Queríamos más riesgo, más ritmo, jugar más físico, y con Urko tener más movilidad para que su balón interior no tuviera comodidad". Pero ese buen enfoque, "ha tenido poco premio porque al final del primer cuarto ellos estaban un punto por delante".
Aseguró Olmos que no le sorprendió la zona del segundo cuarto, "sabíamos que iban a jugar a zonas porque lo han hecho muchas veces, pero nos ha parado mucho el ritmo y entonces nos ha faltado acierto en definición". Explicó Olmos que "una zona la hace buena o mala el ataque. Hemos rehuido de algún tiro y nuestro porcentaje de dos cerca del aro no ha sido bueno". Ya en el tercer cuarto "no nos hemos enganchado, ha habido un bajón mental, cierta precipitación en un momento y, si eso pasa, te sales del partido y en esta Liga eso abre una brecha definitiva. Excepto en el último cuarto nos ha costado Dios y ayuda tener una anotación normal para compensar nuestro esfuerzo físico".
El antídoto a la situación es "seguir, no debemos de parar de luchar, de creer, trabajar y asumir esta derrota dolorosa porque queremos jugar bien y ganar en casa con un público volcado. Hay que reflexionar, pasar página y afrontar el último partido antes del parón por la Copa con máxima importancia".