El CD Alcázar necesita esta tarde atarse los machos y protagonizar una auténtica hombrada si no quiere caer eliminado a las primeras de cambio en la fase de ascenso a LEB Plata.
El equipo de Lluís Arbalejo fue, en parte, víctima de los nervios y de la falta de experiencia en el partido de ida, lo que propició un demoledor 64-82 a favor del Santfeliuenc que obliga al cuadro rojillo a tener que levantar los 18 puntos de renta para pasar a la siguiente ronda. El inesperado 5 de 28 en tiros de tres puntos cimentó una derrota demasiado dura.
"Viajamos con la intención de mejorar la imagen ofrecida en Maó y ganar, aunque sabemos que es muy difícil", admitió anoche Arbalejo, que tendrá a su disposición a toda la plantilla (19 horas).
El técnico de Pontevedra tiene claro que la superioridad del Santfeliuenc no fue la que se vio en Sinia Costabella. "No es un equipo mucho mejor que el Palma o l'Alfas, siempre he pensado que el grupo E, el nuestro, es el mejor de la EBA, pero en el grupo catalán hay un ritmo mucho mayor", apunta el técnico del Alcázar, que no ve otra opción, para afrontar el partido, que "ser extremadamente ofensivos, mejorar nuestro porcentaje de tiro exterior y mejorar todavía más nuestra defensa para dejarles en 70 puntos y tener alguna opción".
Como ya se vio en Maó, el Santfeliuenc presenta un equipo más experto que el Alcázar, que juega su tercera fase de ascenso consecutiva y que quiere dar el salto de categoría a toda costa. "Tenemos ocho jugadores sub-21 y se nota que es nuestra primera fase de ascenso, pero saldremos a ganar y a ver si en el último cuarto mantenemos nuestras opciones", confesó Arbalejo.
El plantel mahonés deberá vigilar la potencia y polivalencia del pívot americano Brandon Brigman, que en el partido de ida logró 11 puntos y 10 rebotes, y el especial acierto que tuvo Borja Pasqual, que estuvo impresionante desde el perímetro, sumando cinco de los seis triples que intentó, así como la aportación de David Ausina.