Tumbar consecutivamente a Granada y Burgos, dos opositores al ascenso por más que los granadinos estén bajo mínimos, supone un baño evidente de confianza para este Menorca Bàsquet al que tanto le ha costado arrancar en la temporada de su retorno a la Adecco Oro.
Ambos triunfos, concretados in extremis, es decir con canastas terminales, y los dos con el mismo ejecutor, David Navarro, pueden suponer la adquisición reclamada por el técnico, Josep Maria Berrocal, "que el equipo crea en sí mismo hasta el final de cada partido por encima de lo que vea en el marcador", y que lo haga tanto en Maó, donde nunca ha fallado, como fuera, donde por fin lo logró el pasado viernes en El Plantío. Ese es el camino que parece haber hallado el grupo para aposentarse en la vía que ha de llevarle a las cuatro primeras posiciones.
Si ganar partidos en el alambre es un método apropiado para madurar, el Menorca ha madurado por la vía rápida en estos dos compromisos que, además, ha disputado con el producto nacional, sin americano por la lesión de Coppenrath, y frente a dos equipos de empaque, especialmente el Burgos, que sólo había sufrido una derrota en lo que va de campeonato.
La renacida fortaleza defensiva que le llevó a dejar a su rival en 64 puntos es el paso indispensable para equilibrar el talento ofensivo del que dispone este conjunto menorquinista con los resultados que precisa para acomodarse arriba de la clasificación.
En todo caso sabe Berrocal y saben sus jugadores que dos victorias, por más que trascendentes, no permiten abrazar ningún tipo de euforia pero sí son más que un punto de partida para lo que se avecina. Continúa el equipo todavía en proceso de conjunción, especialmente en su armamento defensivo que está siendo más lento de lo que cabía esperar, como ha señalado su entrenador. De esa puesta a punto atrás dependerá gran parte de sus opciones para ampliar la resurrección experimentada en las dos últimas jornadas con las dos venideras.
Un calendario duro
El Menorca prosigue con su cuesta de noviembre en los próximos quince días en los que va a recibir consecutivamente al Melilla y al Canaria, otros dos auténticos colosos de la Liga, especialmente los canarios con Richi Guillem y Jakim Donaldson como estrellas rutilantes del campeonato. Si el Menorca es capaz de mantener su invulnerabilidad en casa frente a ellos habrá superado el proceso de acoplamiento y tendrá el futuro abierto en la Liga.