Dieciocho meses exactos se cumplen hoy desde que Menorca y Canarias se miraron a los ojos por última vez. Los dos actuales colosos de la Adecco Oro volverán a cruzar sus destinos el próximo sábado en el gran partido de la undécima jornada de la Liga, en Maó, sin la misma trascendencia de aquél 23 de mayo de 2010 cuando pelearon por una plaza en la final del play-off de ascenso a la ACB, pero con idéntica pasión.
Es hoy el Canarias, líder de la Liga, y el Menorca, quinto clasificado. Por tanto, de nuevo son ambos aspirantes al ascenso, y quién sabe si la competición deparará otro encuentro terminal como el de entonces cuando lleguen las eliminatorias por el salto a la ACB.
Muchas cosas han cambiado desde entonces aunque se mantiene una realidad tangible que es la incuestionable calidad de ambas escuadras.
La del Canarias, quizás, parte con una ventaja añadida que es la continuidad puesto que hasta seis jugadores siguen en el plantel de hace dos campañas: Guillén, Donaldson, Yáñez, Rost, Heras y Chagoyen.
En cambio, en el Menorca sólo continúa Urko Otegi y el equipo actual no es tan físico como el que dirimió aquella ardua batalla de cinco partidos frente al cuadro tinerfeño.
De ese poderío físico, presuntamente mal utilizado, se lamentó amargamente el entrenador canario, Alejandro Martínez, que también continúa al frente de la nave canaria.
Sus declaraciones tras el tercer partido de la serie jugado en La Laguna, en Tenerife, que suponía el 1-2 para el equipo de Paco Olmos, levantaron ampollas en Menorca. "Su defensa ha traspasado la línea de la legalidad; han sacado a jugadores sólo para pegar a Donaldso y Guillén, incluso en acciones violentas ".
El técnico canario tuvo que aguantar un ambiente especialmente hostil a su regreso a la Isla para disputar el quinto y definitivo partido que acabó ganando el Menorca por 66-61, como antesala a la final que disputaría y ganaría ante el Burgos.
"Alejandro Martínez, el llorón", "bàsquet sí, nenazas, no" o "Puedes llorar o mentir pero aquí no te va a servir" fueron algunas de las pancartas que poblaron el Pavelló Menorca aquél día en el que Víctor, Turner, Cioarciari y compañía consiguieron el pase a la final.
El sábado, en todo caso, como bien apuntaba ayer Jakim Donaldson en este diario, se trata de disfrutar de uno de los mejores partidos, si no el mejor, que puede verse actualmente en la categoría entre las dos plantillas con más talento ofensivo del campeonato, y llamadas a pelear por el ascenso hasta el término de la temporada.