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Baloncesto

Daly, Menorca y el dream team

Un libro sobre el mítico equipo señala que el seleccionador amenazó a sus jugadores con venir a la Isla "desapacible, oscura y con muchos suicidios" si no eran campeones

Daly. En el clínic de Maó, y junto a Di Vincenzo, Monsalve y Joan Huguet, entonces presidente del Consell

| Maó |

Chuck Daly, entrenador campeón de la NBA con los Detroit Pistons, y posteriormente seleccionador del mítico 'dream team' que arrasó en los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 utilizó una metáfora incómoda para Menorca en las jornadas previas al inicio de la cita en la ciudad condal.

Daly, que conocía esta Isla porque había sido la estrella del Clinic del Mediterráneo celebrado en julio de 1989, en el pabellón del colegio La Salle Mahón, junto al técnico italiano Mauro di Vincenzo y el gallego, Moncho Monsalve, 'amenazó' a sus jugadores con privarles de visitar Mallorca y obligarles a quedarse en Menorca si no imponían su superioridad en los Juegos, ha recogido Matías Vallés, en "Diario de Mallorca".

Según ha escrito Jack McCallum, prestigioso columnista de la revista Sports Ilustrated en el libro Dream Team, Daly planteó una disyuntiva a los jugadores, entre Mallorca y Menorca, en la primera reunión que mantuvo con ellos. "Mallorca es un lugar de ensueño, donde los jugadores llevarían a sus novias y esposas a pasar las vacaciones".

En seguida cambió de entonación, señala McCallum, para referirse a Menorca como un sitio "oscuro y desapacible con elevada tasa de suicidios". Tras haber alertado a sus jugadores les dijo que "si perdemos en Barcelona no pasaremos de Menorca".

De ser cierta esta anécdota por la que el propio autor del libro se dirigió a la Oficina Española de Turismo indicando que no sabía si las palabras de Daly eran reales o sólo era una historia contada sobre el entrenador, ya fallecido, el susto funcionó porque el dream tream arrasó en los Juegos como no podía ser de otro modo.

Daly pasó del 3 al 6 de julio en la Isla, hospedado en el hotel San Valentín, de Torresolí, a la que regresó un par de años más tarde con el que ya fue su amigo, Moncho Monsalve. Hombre de apariencia seria pero de buen comer y mejor beber después de las lecciones magistrales que ofreció a los 200 entrenadores que asistieron al clinic, en ningún momento dejó patente algún tipo de rechazo a la Isla. "Es más, dijo que era un sitio hermoso para vivir", ha explicado Monsalve a este diario.

El veterano entrenador gallego ha recordado, además, que "volvió con Chuck Daly a Menorca, a Cala Galdana y Ciutadella años después a pasar unos días de descanso, y muchos de sus zapatos de entonces se los hicieron a medida en una fábrica menorquina.

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