De estandarte líder del Menorca Bàsquet al estrellato como jugador franquicia del Palencia. Esa ha sido la transformación de Urko Otegi Esnaola, menorquín de adopción que fue santo y seña del club menorquinista, y el único jugador en la historia acabada de la entidad que estuvo en los tres ascensos a la ACB durante los siete años que completó en la Isla, en dos etapas diferentes. No es de extrañar, por tanto, que fuera el jugador más querido por la afición menorquina aunque la estima es recíproca.
Superado el trauma que supuso decir adiós a Menorca y al Menorca Bàsquet, Urko está sentando cátedra en el Palencia Baloncesto, al que regresó el pasado verano tras haber iniciado prácticamente su etapa profesional en ese mismo club cuando actuó como vinculado al Valladolid durante dos campañas a principios de la pasada década. Otegi es hoy, a sus 31 años, un jugador en plena madurez. Sus estadísticas le sitúan como el mejor español de la Adecco Oro. Su valoración solo la supera el checo Ondrej Starosta, en las filas del Navarra.
Posiblemente ni el propio Urko podía prever que su baloncesto creciera a tales extremos cuando tuvo que hacer las maletas y abandonar la Isla junto a su pareja y su hijo el pasado julio después de ver como la entidad a la que ligó su corazón, y con la que tenía un año más de contrato, desaparecía sin que nadie lo impidiera. "Estoy sorprendido porque anoto casi 14 puntos por partido y esa nunca ha sido una virtud mía; siempre he jugado con ganas y sacrificio, y además este año tengo más minutos lo que me ha permitido mejorar en todo".
Lejos de vanagloriarse, Otegi justifica su triunfal campaña "por una cuestión de roles. Siempre había estado en clubes con proyectos para ascender que tenían más jugadores por posición y americanos muy potentes". En cambio el Palencia "es una entidad más modesta pero muy seria en la que he pasado de jugar de 15 a 18 minuto de otros años a 25, de ahí que mi rendimiento pueda mejorar como así ha sucedido". El pívot donastiarra admite que "quiero seguir luchando para acabar como MVP nacional de la Liga y ayudar a mi equipo a jugar los play-offs por primera vez en su historia", una meta que no se le puede escapar puesto que ocupa la cuarta plaza a falta de cinco jornadas para que acabe la liga regular.
Está claro que Urko acertó cuando fichó por el club palentino aunque en verano sorprendiera su elección viniendo de un club, el Menorca, que acaba de ascender a la ACB. "Estoy muy satisfecho porque dudé entre ir a Alicante, con Berrocal, porque no veía claro el tema de los cobros y yendo con la familia preferí apostar por lo seguro aunque fuera un club más modesto pero serio después de lo que habíamos pasado en Menorca para cobrar". Ademas, Natxo Lezcano, el entrenador "me habló claro, me dijo que me quería para ser capitán general del equipo y me dio libertar para tirar, tirar y volver a tirar desde el principio".
Su temporada puede volver a abrirle las filas de la ACB que conoció en León y Menorca. "Ojalá pudiera volver pero no me quita el sueño. Si llega alguna oferta este verano la valoraré".
A pesar de su exitosa campaña en Palencia, reconocida por los 2.500 palentinos que acuden regularmente a los partidos del Pabellón Marta Domínguez, Urko no olvida pasado ni procedencia. "Me acuerdo muchísimo de Menorca y lo echo de menos todo, además no pude ir en Navidad porque el entrenador nos dio muy pocos días y tengo unas enorme ganas de volver en cuanto acabemos".
Transcurridos ocho meses desde que el Menorca anunciara su disolución Urko Otegi reconoce que "todavía hoy le doy vueltas a lo sucedido, lo pasé muy mal porque de un día para otro todo se acabó y lo sufrí por mi y por la afición porque ya no iba a disfrutar de baloncesto de nivel, porque me tenía que marchar de la isla y porque aún no he visto un duro de lo que me dejaron a deber; no he recuperado nada aunque esperamos que los administradores cobren lo pactado y puedan repartirlo entre todos los que somos acreedores".
En el futuro "yo espero que la afición de Menorca vuelva a tener baloncesto de nivel porque lo merece y cada vez que hay algún rumor al respecto siento algo por dentro deseando que se convierta en realidad".