Sergio Llull y el Real Madrid abundaron en la tiranía que en la presente temporada están imponiendo sobre el Joventut de Álex Suárez. En la tercera confrontanción del curso que mantienen estos dos clásicos del baloncesto español, para otras tantas en la elite entre los dos jugadores mahoneses proyectados de la cantera de La Salle, el signo se decantó nuevamente del lado del coloso merengue, que si bien en las dos anteriores (ida de la Regular ACB y semifinal de Copa) ya precisó un arduo despliegue, ayer debió aguardar incluso hasta los instantes finales para, por medio de un tiro libre convertido por Sergio Rodríguez, materializar una mínima victoria (80-81) que por extensión le permite continuar su embate a Unicaja en la cúspide de la clasificación.
Al inicio, la defensa verdinegra supo desactivar la propuesta atacante del Madrid, y un térmico Sergi Vidal (que ayer cumplió 500 partidos ACB) acaudilló a un Joventut en el que también Suárez desde el perímetro (que terminó con 11 puntos, con 3/4 triples, y 9 de valoración), y el balcánico Suton y Miralles en los aledaños del aro, hicieron daño. La Penya ganó el descanso en +13 (44-31), un trecho de distancia que se esfumó en el decurso del tercer periodo (61-60), producto de una intensa zonal atrás del Madrid y de su regularidad anotadora (29 puntos en esos 10' para los blancos), con especial mención a la secuencia de cinco triples completada entre Carroll y Llull (el mahonés terminó con 14 puntos).
A pesar del acelerón madridista, el Joventut mantuvo la pulsión del juego en el último cuarto, adquiriendo una ventaja de +7 a 4' del final (76-69). Pero entonces, la Penya se cortocircuitó y aceptó una ruptura de 0-11 cimentada en los aciertos de Slaughter y Rodríguez. El vértigo a ganar pareció apoderarse de un Joventut que aún así, desde la defensa, volvió a 'entrar' (80-80 tras dos libres de Vidal). Restando 11'', el Madrid atacó para el triunfo, que igualmente resolvió desde el 4.60 con un único acierto del base canario (80-81). El Madrid volvió a conquistar Badalona, una plaza que históricamente siempre le fue propicia. Cuestión de recursos. Y Llull repitió en el 'derbi mahonés'.