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Baloncesto

Vencidos por la fatiga

El Mollet aprieta hasta agotar al Menorca Talaiòtica, que resiste hasta el ecuador del último cuarto; el acierto de Cice, Artiles e Isma alivian una rotación insuficiente

Sergio Muñoz pagó el esfuerzo de emparejarse con Ramón Espuña y extrañamente no logró anotar ninguna canasta en juego | Javier Coll

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M.T. Sant Lluís 60
R.G. CB Mollet 69

La celebración eufórica en el centro de la pista del Mollet fue sintomática. El equipo de Àlex Coma sumaba la tercera victoria tras superar a un rival, el Menorca Talaiòtica Sant Lluís, que le plantó cara con siete jugadores. Dos, los bases Cristian Balibrea y Cice Mercadal, limitados por sus molestias físicas (una sobrecarga en la espalda y una microrotura en el cuádriceps).

El análisis pormenorizado que del rival había hecho Xavi Carreras se ajustó al guión esperado. El equipo local, de entrada, tuvo los recursos y respuestas técnicas, tácticas y físicas para equilibrar cada propuesta catalana.

El juego estático por parejas sobre los pívots y la alternativa en el triple topó con la intensidad, ayudas a tiempo y la sobremarca para negar la primera línea de pase. La presión a toda pista sobre el balón, con dos contra uno de los exteriores a media cancha. o la 'zona press' 2-2-1 se saldaba con apenas seis pérdidas al descanso.

Artiles y Ortiz abrieron el marcador. Ramón Espuña (2.05), la referencia interior, dejaba ir dos semiganchos. Pero Balibrea abría la caja de los triples. Y su relevo natural, Cice, acertaba dos lanzamientos consecutivos desde la distancia para abrir un hueco que Piris fijó desde los 6,75 en un +6 al finalizar el primer acto (16-10).

El Mollet se mostraba sorprendido. Pero seguro de sus posibilidades, porque el tiempo y la resistencia física a que sometía al quinteto lluïser jugaba a favor catalán.

En el minuto 4 del segundo cuarto el entrenador Coma agotaba su segundo tiempo, forzado por el acierto de Cice y Piris (24-14). Espuña se buscó la vida lejos del aro ante la defensa de Sergio Muñoz. Un triple aderezado con una falta técnica posterior a Piris frenaron la progresión local en el electrónico. Los cuatro minutos previos al descanso se jugaron desde el tiro libre, con apenas incidencia en el marcador (29-22).

En el tercer acto, cobró protagonismo Ferran Puerta, inédito hasta entonces. Su muñeca firmó once puntos casi consecutivos, para un parcial de 0-13 de salida (29-35). Al tiempo que le dúo interior local Sergio-Miki, ofuscado en ataque pero persistente en su pintura, entraba en escena el acierto perimetral de Alberto Artiles e Isma Seguí. Acierto triples a pares para contener el tirón catalán, que Ferrer dejó en 43-48 con un último acierto sobre la bocina.

El escolta grancanario, desatado tras sacudirse los nervios del debut, clavó otras dos canastas de valor tres y un tiro libre para iniciar el cuarto definitivo 50-48. Àlex Coma le vio las orejas al lobo y retornó al parqué la artillería pesada: el base Xavi Costa (13+8) y el pívot Ramón Espuña (12+11). El Mollet asentó el juego sobre sus prestaciones y Albert Ferrer lo aprovechó para liderar, con ocho puntos, el parcial definitivo.

En casi seis minutos, el quinteto catalán asestó un 2-18 irremontable (52-66 a 1:32 del final). Sergio Muñoz anotaba sus únicos puntos desde el tiro libre, las piernas y la cabeza carecían de la frescura necesaria para afrontar los minutos decisivos. Dejaron de tomarse la decisiones adecuadas, Artiles se sentó momentáneamente dolorido (52-56) y el Mollet aseguró las posesiones sobre Espuña bajo el aro o para que Ferrer y Torres liquidaran la cita con lanzamientos triple liberados.

En el último minuto, Artiles y Seguí aún acertaron desde los 6.75 para que el luminoso final no fuera excesivo (60-69). La envergadura rival provocó muchos fallos azules bajo el aro (24% en tiros de dos) y el Mollet gozó del doble de tiros libres (7/10 por 19/21). Alberto Artiles debutó con 20 puntos (5/11 triples). La sobresaliente defensa de la primera parte (22 puntos), careció de continuidad en los dos siguientes cuartos (47). Dani Garcia y Balsa Mirotic rabiaron desde sus posiciones a pie de pista por no poder ayudar. Un exceso de condicionantes para competir.

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