Año nuevo, viejo hábito. El Menorca Talaiòtica Sant Lluís estrenó su hoja de ruta de 2016 cediendo ante El Masnou en Ses Canaletes (59-76), en la que significó la duodécima decepción para el equipo de Xavi Carreras (1/12), con el agravante añadido que esta deviene ante un teórico rival directo en la segunda fase de liga (en la que contabilizan los registros de la primera). Pero más allá del tropiezo y la implícita desilusión derivada de este, llamó la atención el discurso de Carreras tras la derrota.
El técnico mahonés no tuvo reparo alguno en mostrar su disgusto con la falta de «actitud y de carácter» del grupo, deslizando que «algún jugador parece no querer asumir el rol que se le ha asignado» y su disconformidad por el modo en que se consumó la derrota, «agachando la cabeza». Al respecto, Miki Ortiz (junto a Sergio Muñoz, el mejor lluïser en la cita dominical), y al ser pulsado por este diario, considera que las manifestaciones de su entrenador «no han sido bien interpretadas».
«No creo que el entrenador se refiera a un solo jugador, sino al equipo en general. La verdad es que ante El Masnou nadie tuvo el día, todos pudimos hacer más, y la derrota duele especialmente por tratarse de un rival directo, pero no estamos molestos con las palabras del entrenador. De hecho, el equipo tal vez necesite que más elementos acompañen a Sergio o a Artiles», explica Ortiz, cuya valoración extiende al grueso de la temporada.
Valoración difícil
«Se hace difícil valorar nuestro año con todas las circunstancias que hemos sufrido, de hecho creo que sería ridículo hacerlo ahora, es duro ir a entrenar y no poder hacer 5x5, y juegas como entrenas... pero sí creo que todos podemos dar más», abunda el '4' del Sant Lluís, que no pone en cuestión la posibilidad de salvarnos» ni la labor y entrega del técnico o plantilla. «La sintonía con el entrenador es buena», anota Ortiz. Y termina. «Sabíamos que sería un año duro, pero con todas las lesiones está siendo más difícil, aunque nada de lo que sucede nos coge desprevenidos», sentencia Ortiz.
Después de trece jornadas de competición, el Sant Lluís es último del grupo C-A, con un balance de 1/12, a tres partidos del Sabadell Sant Nicolau (4/9), penúltimo. En ese sentido, el déficit empieza a ser preocupante, en tanto que el equipo menorquín, sino revierte su dinámica en las jornadas inmediatas, accederá a la segunda fase con un diferencial muy complicado de recuperar.
Con todo, atenúa el duro presente el futuro inmediato del equipo, que dentro de cinco días recibe al Salt (sábado, 19 horas), adversario ante el que ha celebrado el único triunfo que ostenta en su registro hasta la fecha. La coartada idónea para mitigar el viejo hábito de la derrota.