Martí Seguí Andreu (Sant Lluís, 1996) será el noveno representante de Menorca en el Campeonato de España de Minibasket de Selecciones Autonómicas que se celebrará del día 19 al 23 en la localidad de San Fernando (Cádiz).
El Comité Balear de Árbitros le ha designado, junto al mallorquín Miquel Bonnín Torres, para representar al archipiélago en la cita que en su día descubrió a Sergio Rodríguez, Xavi Rabaseda o Marta Fernández.
Su elección supone una recompensa a una trayectoria breve -su licencia data del curso 2014-15-, pero intensa en interés, evolución y proyección. «Soy un deportista más. Sin un árbitro no se podría jugar un partido. No es una pieza clave, pero sí controla el juego, aplica el reglamento y favorece que los jugadores se lo pasen bien», define Seguí la figura arbitral.
¿Por qué árbitro? Concluyó su etapa como jugador (base) al finalizar su ciclo júnior, «el Sant Lluís jugaba en Primera y no había segundo equipo. El baloncesto me encanta y, como había empezado a pitar en el club, creí que sería una buena vía para seguir ligado a este deporte». Y en el traspaso definitivo de jugador a árbitro «entendí que no todo el mundo es capaz de pitar, no es tan fácil, la gente debería ponerse en nuestra piel».
El joven santlluïser, que se reconoce «autodidacta» en la materia, ha trasladado este año su residencia a Palma para cursar la carrera de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural y enseguida se puso a disposición del comité mallorquín.
Su integración ha sido meteórica, «empecé de 'mesa', el árbitro es el responsable del acta y debe saber como se rellena, por si ha de corregirla». Tras un par de meses le 'soltaron' al parqué y desde la categoría de menor edad ha evolucionado, «siempre acompañado de un veterano», y hoy actúa una media de seis partidos cada fin de semana.
Desde mini hasta Primera Autonómica. «Recibimos formación» destaca, el sábado pasado se grabó una actuación suya para evaluarle y corregir errores. El árbitro considera que en estos meses «me he ganado el respeto de la mayoría. No me atrevo a decir de todos, porque es imposible. Siempre hay quien te mira con mala cara o tiene prejuicios antes de empezar un partido».
Apartada su afición al atletismo y a montar a caballo, Martí Seguí no se atreve a aventurar su futuro silbato en ristre, pese a debutar en un Nacional. «No me lo he planteado. Es una actividad que me divierte y me mantiene conectado a este deporte. Vivir del arbitraje es complicado», reconoce.
Y sobre la normativa y sus protagonistas, «hay algunos que sí, pero en general a los jugadores les faltan nociones de reglamento. Es un trabajo complementario que deberían realizar». Tutoría arbitral, una asignatura pendiente.